Este artículo es una versión revisada y corregida de la traducción publicada en marzo de 2017.

Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Es más rápida que una bala, capaz de brincar edificios altos de un solo salto. Ella representa la verdad, la justicia y el modelo de vida al que debemos aspirar. ¿Saben a quién me refiero?

Como declara Proverbios 31: «¡Levanta la voz por los que no tienen voz! ¡Defiende los derechos de los desposeídos! ¡Levanta la voz, y hazles justicia! ¡Defiende a los pobres y necesitados!» (vv. 8-9, NVI). Ella es la compañera de vida de un solo hombre: su marido. Ella es el pilar de su familia y el corazón de su iglesia. Esta mujer intrigante y llena de gracia no es una heroína con superpoderes. Esta mujer es la esposa del pastor.

La esposa del pastor desempeña muchos papeles en su vida diaria, y lo hace con destreza como si estuviera haciendo girar platos chinos sin perder el ritmo. Su esposo, su familia, su congregación, su trabajo y su comunidad dependen de ella cada semana para satisfacer necesidades, consolar corazones rotos, sanar rodillas heridas, orientar a futuros líderes, y debe hacerlo todo con la sonrisa y la fuerza de una mujer biónica.

Cada año que pasa, los deberes del pastor se vuelven más complejos y desafiantes, y la participación de su esposa en el ministerio también puede llegar a extenderse al punto de hacerla perder el balance en las otras áreas de su vida.

Si la esposa del pastor no mantiene en equilibrio las cuatro áreas principales de su vida, será más susceptible de caer en el desánimo, la depresión, la frustración, e incluso en la enfermedad.

Las esposas de los pastores deben guardar ciertos límites y precauciones para asegurarse de mantener un equilibrio saludable dentro del ministerio, así como en los cuatro ámbitos de su vida personal: espiritual, mental, físico y emocional.

La vida espiritual de la esposa del pastor puede tornarse complicada, puesto que las líneas pueden parecer borrosas y es fácil que llegue a pensar que el ministerio es la principal prioridad. Sin embargo, su prioridad debe ser siempre su relación personal con Jesucristo, seguido del tiempo que dedica al estudio de la Biblia, la oración y la meditación.

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La esposa del pastor no debe confundir el ministerio con el crecimiento personal en la fe, la aplicación y la devoción. Debe pasar tiempo cada día en la Palabra de Dios meditando y alimentándose de su verdad y de sus promesas para su vida personal. Ella debe comunicarse con el Señor en oración durante todo el día para mantener encendida la llama de la fe, e incluso hacerla crecer. Pasar tiempo en oración con su esposo también es crucial y fundamental, tanto para su matrimonio como para su ministerio. Es necesario orar por protección diaria para su esposo y su familia, así como mantener la disciplina del ayuno y la oración. Al permitir que su espíritu sea alimentado diariamente por la Palabra de Dios y fortalecido por el Espíritu Santo, no se sentirá sola en sus múltiples tareas ministeriales.

La esposa del pastor debe procurar cuidar su salud mental en todo momento. Muchas veces está expuesta a las opiniones negativas y las expectativas poco realistas de otros. A veces puede sentirse desamparada cuando permite que su mente se llene con pensamientos y sentimientos negativos sin comentarlo con nadie —pensando que esto es una parte normal de su papel como ayuda idónea para su marido—. El enemigo ataca principalmente por medio de amenazas y acusaciones que comienzan en nuestros pensamientos. Cuando dejamos que nuestras mentes vaguen por el camino que requiere menos resistencia —el negativo— podemos deslizarnos fácilmente hacia el abismo de las heridas pasadas, las penas y las oportunidades perdidas. Sin darnos cuenta, nuestras mentes nos llevan a lugares que nunca pensamos ir. Si permitimos que nuestras mentes piensen carnalmente y sin restricciones, nos llevarán de viaje por mares de arrepentimiento y decepción. Romanos 12:1-2 afirma que debemos ser «transformados mediante la renovación de [nuestra] mente».

La renovación mental cada día —y en ocasiones, a cada hora— es esencial para mantener pensamientos saludables y evitar que surjan actitudes negativas que nos derrumben. La esposa del pastor también necesita, al igual que todos, tener una persona de confianza a quien rendirle cuentas, de tal forma que pueda mantener sus pensamientos puros y su mente centrada en el Señor y en su verdad.

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La esposa del pastor también debe cuidar de su vida emocional. Esta área de su vida es especialmente sensible porque las mujeres somos seres emocionales. Las mujeres fuimos creadas para nutrir, amar y expresar nuestros sentimientos. A veces nos desviamos debido a experiencias del pasado, abuso emocional, sentimientos de insuficiencia o falta de autoestima. Es imperativo cuidar y prestar atención a nuestras emociones para no reaccionar de una forma inadecuada a los ojos del Señor o de nuestros esposos. Algunas preguntas que toda esposa de pastor debe considerar: ¿Eres una esposa que crea conflictos con facilidad y se preocupa por todo? ¿Eres el común denominador de la disensión y el conflicto en tu hogar? ¿O eres una esposa que brinda ayuda y apoyo? ¿Estás construyendo tu hogar por la gracia de Dios para que, bajo la dirección de tu esposo, sea un testimonio para la gloria de Cristo? ¿O estás destruyendo tu hogar con tus propias manos a causa de tu necedad, como dice Proverbios 14:1?

Si eres esposa de un pastor y necesitas ayuda en esta área, busca a una mujer cristiana como mentora que te pueda instruir sobre lo que enseña Tito 2 sobre la estabilidad emocional necesaria para desempeñar bien tu papel. La salud emocional es muy importante para quien brinda apoyo o consejería a otras mujeres en la iglesia. Es importante recordar que para aconsejar a otros debes tener estabilidad emocional tú misma. Tu mentora puede mantenerte emocionalmente fundamentada en la Palabra de Dios y mostrarte aquellos puntos ciegos que no puedes ver por ti misma para ayudarte a crecer en la forma en que reaccionas emocionalmente. La salud emocional también puede estar vinculada con la salud física. Asegúrate de informar a tu médico sobre cualquier cambio emocional repentino o severo para asegurarte de que estás cuidando esta parte vital de tu vida.

Finalmente, la esposa del pastor debe cuidar de su salud física, la cual se ve afectada grandemente por las otras áreas en la vida de la mujer. Cuando las otras áreas no están en equilibrio o han sido descuidadas, a veces eso se manifiesta en una dolencia o enfermedad física que los médicos no pueden explicar o tratar. El mayor problema físico para la esposa del pastor es el estrés. El estrés puede provocar varias afecciones, tales como enfermedades cardíacas, que actualmente son el mayor causante de mortalidad en las mujeres en Estados Unidos. Otras grandes preocupaciones físicas son las enfermedades como la diabetes, los problemas de tiroides, el cáncer de mama, cervical y ovárico, la osteoporosis y la demencia. La esposa del pastor debe cuidar de su cuerpo por medio de exámenes y estudios médicos anuales, así como hacer ejercicio regular que la mantenga en movimiento. También necesita sueño, descanso de su rutina diaria, una dieta saludable que consista en proteínas de alta calidad, carbohidratos complejos, mucha agua, y limitar en la medida de lo posible los alimentos procesados y el azúcar.

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El Señor nos ha dado todo lo que necesitamos para vivir una vida santa. Nos ha dado acceso a información sobre la salud y la nutrición, nos permite consultar a profesionales de la salud que nos pueden asesorar sobre planes de salud y guías de nutrición que colaboran con nosotros en la pérdida de peso y el tratamiento de diversas enfermedades. ¡No somos nuestros propios dueños! La Palabra de Dios nos enseña a honrar a Dios con nuestros cuerpos. Hipócrates, padre de la medicina, dijo: «Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina». También dijo que caminar es la mejor medicina. ¿Qué podemos aprender de esto? Que debemos comer alimentos que nos nutran, en lugar de recurrir a dietas restrictivas. También es necesario mantenernos en movimiento. La actividad física y un torrente sanguíneo saludable son fundamentales para la reparación de nuestro cuerpo.

Otro aspecto importante de la salud y el equilibrio para la esposa del pastor es el descanso y el reposo. Es importante tomar vacaciones con su esposo y su familia que no estén vinculadas con el ministerio. Pasar un tiempo de vacaciones sin trabajar en la iglesia es fundamental para despejarse y renovar fuerzas. La esposa del pastor necesita tomarse un tiempo para descansar y disfrutar de las bendiciones de Dios para su familia y para ser eficaz en el hogar y en el ministerio.

Tú y tu esposo comparten una vida juntos. Como esposa de pastor, dale prioridad a estas cuatro áreas de su vida y mantenlas en equilibrio para disfrutar de tu esposo, tus hijos y tu ministerio. ¡Diviértete al máximo en el proceso!

Rhoda Sanchez-Gonzales sirve en North Dallas Family Church donde su esposo Vince es pastor.

Edición en español por Sofía Castillo y Livia Giselle Seidel.

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