Tantas veces La Biblia identifica a Dios como “El Dios de Abraham, Isaac y Jacob”. ¿Por qué? Porque Dios, siendo eterno, piensa de largo plazo. En el ministerio, tenemos que correr la carrera, por correrla manteniendo en mente los que han corrido antes de nosotros y los que correrán después de nosotros. En cualquier organización, la transición de liderazgo siempre es crucial pero pocas veces bien pensada. En el ministerio, tenemos que hacer las transiciones de una manera correcta.

Yo soy el producto afortuno de una transición que se hizo bien. Desafortunadamente, me doy cuenta que estoy en la minoría al escuchar historias tristes de parte del pastor predecesor o del sucesor que me cuentan de algo para nada agradable. Por ejemplo, escuché una vez de un pastor que había entregado la iglesia a uno de sus pastores asistentes, pero dentro de 6 meses tuvo que regresar como pastor principal porque la iglesia se estaba deshaciendo y todos se estaban yendo. El pastor admitió después que había hecho la transición demasiado rápido y que ni la iglesia ni el pastor asistente estaban listos. En cambio, escuché la historia de un pastor que supuestamente había hecho la transición de la iglesia, pero cada vez que aparecía en la iglesia empezaba a mandar a todo mundo (inclusive ¡tomó las riendas del servicio!). Esto causó tanta confusión que los del staff y el liderazgo se empezaron a irse. Todos sabían que el Pastor Principal anterior no quería soltar las riendas. Dos historias muy distintas. Dos resultados muy parecidos. Uno soltó demasiado rápido. El otro no soltaba completamente. ¿Historias como estas han causado que la gente me pregunta, “como lo hicieron para que la transición fuera tan sana entre tú y tu padre?” Esto es lo que he observado al examinar lo que sucedió hace 8 años (y por cierto, el hecho que mi padre espiritual también es mi padre terrenal no hace el proceso más fácil automáticamente, hasta lo puede hacer más difícil).

El punto de partida de una transición sana, bien orquestada comienza con un deseo claro en las dos partes de la transición. Si el pastor principal actual tiene emociones encontradas de pasar la batuta, será una receta para un desastre. De igual manera, si el sucesor “no está seguro” que quiere recibir la batuta, la transición se va a complicar. Aunque suena como algo tan obvio, ninguno de los dos debe de continuar en el proceso hasta que sabe en su espíritu que esto es la voluntad de Dios y en su tiempo perfecto. Esto requiere comunicación honesta y vulnerable. Y si los dos involucrados en una transición potencial no pueden dialogar de una manera abierta, lo más seguro es de que estas comenzado la carrera cojeando.

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Segundo, tiene que ver una progresión natural. El que recibe el pastorado no puede ser un extraño o desconocido que la iglesia nunca ha visto o escuchado. Entonces unos años de que asumí el rol de pastor principal, fui nombrado pastor asociado, y lógicamente mi responsabilidad y autoridad se fue incrementando al pasar el tiempo. Cuando mi padre andaba fuera de la ciudad él le decía al staff y liderazgo que si tenían alguna pregunta que podían dirigirla hacia a mí. Esto mostraba que él me confiaba y que él y yo estábamos caminando en unidad completa. Esto también me confirió poderes que fue clave para evitar que otros pensaran que estaba intentando asumir liderazgo que no me había sido delegado.

En una carrera de relevos, la parte más crucial de la carrera es la entrega de la batuta o testigo. No importa que tan rápido corre un equipo, si dejan caer la batuta serán descalificados. Lo interesante de la entrega de la batuta es de que hay un rango de espacio conocido como la zona donde se puede entregar. No se puede antes ni después de esta zona.

Si eres el siguiente en línea para ser pastor principal, asegúrate de que quedas en línea. ¡No te adelantes! Sí, habrá momentos donde te devora la impaciencia de comenzar a liderar. Eso es bueno. Muestra que hay liderazgo principal en ti. Sin embargo, si no eres paciente, vas a reprobar una prueba de tu carácter en este proceso. Esa prueba de tu carácter es paciencia y honor.

La tentación más grande del predecesor es de esperar demasiado antes de entregar la batuta y al contrario para el sucesor es de instigar este proceso antes de su tiempo. Espera la zona. No antes de. No después de.

¿Entonces como sabes cuándo es el tiempo correcto? ¿Cuáles son las señales? La medida de tiempo tiene indicadores tangibles y no tangibles. Lo que no es tangible y a la vez lo más importante es la inspiración y guía del Espíritu Santo. Tenemos que esperar en el Señor y seguir la nube cuando empieza a moverse. Simultáneamente, El Espíritu Santo puede manifestarse a través de la sabiduría y la sabiduría a través de señales tangibles. Nunca es sabio ignorar el “alto”. Es importante prestar atención cuando dice “ceda el paso”.

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Uno de las señales que debe buscar es cuando la influencia del sucesor empieza a aumentar. Si lo hace con un corazón no puro será como Absalón. (A propósito, si eres el sucesor en espera, ten cuidado de llamar a alguien “Saúl” porque pueden pensar que eres un Absalón, cuando pensamos que somos el David de la historia.) Más influencia puede ser una señal muy buena. Más influencia puede ser señal de un “Josué”, “Eliseo” o de un “Timoteo”. Más influencia es señal del crecimiento y de la habilidad de liderar. Entonces busca esta señal. Pero no solamente permita la influencia – ¡promuévala! Cuando el predecesor voluntariamente promueve la influencia aumentada del sucesor lo único que hace es mostrar aún más la madurez que tienen y quienes son en Dios y plan divino.

Otra señal puede ser las ideas innovadoras y visión fresca de parte del sucesor aun cuando siguen en un rol de apoyo. Cuando estas ideas, compartidas con un espíritu humilde y sumiso, causan emoción en el corazón del predecesor, puede ser una señal que confirma el tiempo para transición. Es lo más natural que el deseo de implementar ideas nuevas aumenta para el sucesor mientras disminuya para el predecesor. Mientras el corazón del predecesor debe ser perpetuado que naturalmente honrada su legado, seguro la metodología se turnará, trayendo la innovación necesitada a la organización. Ideas innovadoras pueden ser una señal que es tiempo para transición.

Finalmente, al pasar la batuta, existe una dinámica interesante. La batuta no se lanza de un corredor al otro. Tampoco se pone en el suelo para que el otro lo recoja. Hay un momento crucial cuando el primer corredor, que está corriendo a toda velocidad, entrega la batuta al siguiente corredor que en vez de estar parado esperando, ya está corriendo mientras recibe la batuta. Lo interesante es de que solo existe un milisegundo cuando los dos tienen la batuta al mismo tiempo. Después, el primer corredor suelta la batuta.

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Mi papa siempre dice “cualquier cosa con dos cabezas es un monstro.” Doy gracias que el soltó. Los monstros son raros. Y qué raro seria y para nada productivo si dos corredores intentaran correr la carrera con los dos agarrando la misma batuta. Seguro algunos piensan que es la mejor manera de asegurar que la batuta no se cae. Pero en realidad es una manera muy rara de correr una carrera y te descalificará.

Para los dos, este proceso requiere fe. Fe el uno en el otro. Pero, sobre todo, fe en el Dios de Abraham, Isaac y Jacob.

Tim Holland es el pastor principal de la iglesia Mundo de Fe en Coppell (Dallas), Texas. Tim se graduo de Cristo para las Naciones y la Universidad Bautista de Dallas. Él y su esposa Abigail tienen 4 hijas y un hijo varón. Mas información en pastortimholland.com.

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