Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

Michael Luo pasea por el centro de Manhattan rumbo a un almuerzo de sushi, reflexionando acerca de las últimas renovaciones de su apartamento y sobre los Knicks de Nueva York . Pero cuando la conversación se dirige a su trabajo de estos días— reportando para el New York Times sobre las lagunas en las leyes existentes sobre las armas de fuego—Luo se pone serio.

"Mi esposa preferiría que reportara sobre otro tema," dice Luo. "Sin duda, ha dado lugar a cierta aprensión." Mientras trabajaba en una historia acerca de la enfermedad mental y las armas de fuego, tuvo que notificar a su editor a dónde iba, y cuándo se iba—similar a los protocolos en cuanto a reportarse mientras trabajaba, por un tiempo breve, en el buró del New York Times en Bagdad.

Sin embargo, es este tipo de trabajo sombrío que le ha permitido a Luo, de 37 años de edad, ganar el Premio George Polk sobre reportaje de la justicia penal, el Premio Livingston para Jóvenes Periodistas mientras trabajaba en el Associated Press, y obtener un trabajo en el New York Times, donde ha laborado desde el año 2003. Ha reportado todo tipo de temas, desde las últimas dos campañas presidenciales, el huracán Katrina y la guerra en Irak. Recientemente, Luo se ha concentrado en la industria de las armas y la amplia disponibilidad de las armas de fuego—lo que le valió una nominación al Premio Pulitzer y el aparecer repetidas veces en la primera plana del periódico.

Luo se convirtió al cristianismo cuando era estudiante en la Universidad de Harvard, y en la actualidad asiste a la Iglesia Presbiteriana Redentor con su esposa e hija. Recientemente habló sobre su fe y su trabajo con Paul Glader, profesor de periodismo en la universidad The King's College y ex escritor del Wall Street Journal.

¿Qué es lo que otros cristianos más a menudo malinterpretan sobre el periodismo, sobre todo la transmisión de noticias?

Sus malentendidos [no son] tan diferentes de los malentendidos que tienen los no cristianos. Los periódicos, incluyendo el New York Times, no han hecho el mejor trabajo, en este período de profundo escepticismo, de explicar lo que hacemos. Se asume que la gente sepa principios básicos, como el hecho de que la página editorial y el departamento de noticias están separados, o que los columnistas de opinión son diferentes de los periodistas. En un período de tanta polarización política, [explicar lo que hacemos] es esencial.

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Muchos cristianos consideran el New York Times hostil hacia la fe evangélica. ¿Es esta una evaluación justa?

La mayoría de los evangélicos—y no evangélicos—se sorprenderían al ver los grandes esfuerzos que hacen los reporteros y editores para cubrir las noticias. Agonizamos casi a diario sobre oraciones en particular, incluso frases, que se deben usar en los artículos y los titulares, en las líneas de resumen y leyendas en la red, para asegurarnos de que sean justas e imparciales. ¿Siempre lo conseguimos? No, pero el esfuerzo está siempre allí.

Por otro lado, a veces no se puede saber lo que uno no sabe. Una gran cantidad de reporteros y editores del Times no conocen ningún evangélico, nunca han puesto un pie en una iglesia, y tienen una visión de la vida que está muy lejos de la percepción evangélica." . . . Puede ser que no saben que el ser evangélico es una orientación teológica, no necesariamente una orientación política, que hay una diferencia entre el fundamentalismo y la perspectiva evangélica, que muchos de los evangélicos no creen que la tierra fue creada en seis días de 24 horas, que no todos los evangélicos creen en el rapto. La ignorancia puede llevar a caracterizaciones inexactas y engañosas. Y sí, puede dar lugar a que se escapen sesgos o distorsiones que afectan la manera en que los cristianos son descritos.

¿Cómo solucionar esto? En muchos sentidos, este es un asunto de diversidad en la sala de redacción. En el 2005, el periódico convocó un comité interno para examinar cómo podrían mejorar la credibilidad entre los lectores. Abordamos nuestro punto ciego de la religión en un informe final. . . lo que sugiere que debemos contratar periodistas talentosos "que resulta que tienen experiencia militar, que conocen la zona rural de primera mano, que se sienten en casa en diferentes religiones."

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Como reportero que se identifica públicamente como cristiano, ¿está usted solo en el Times?

El Times es como muchas otras instituciones cosmopolitas: está lleno de gente con un alto nivel educativo, muchos de los cuales fueron a las mejores universidades. A menudo, hay una escasez de cristianos en este tipo de lugares, y el Times no es la excepción. Yo no estoy al tanto de la fe de todos mis colegas, pero definitivamente no estoy solo. Yo sé de un puñado de cristianos en la sala de redacción, personas cuya fe es como la mía, incluyendo personas que realmente sorprenderían al público.

Definitivamente no estoy solo. Yo sé de un puñado de cristianos en la sala de redacción, personas cuya fe es como la mía, incluyendo personas que realmente sorprenderían al público.

¿Por qué escogiste ser reportero y el periodismo?

Siempre me ha gustado leer y escribir, así que cuando pensaba en posibles carreras en la escuela preparatoria, ser capaz de ganarme la vida escribiendo era algo que me pasó por la mente. Es por eso que me uní al periódico de la escuela de Harvard. También allí comencé una revista.

Sin embargo, habiéndome convertido en un cristiano en la universidad, después de crecer en un ambiente no religioso, traté de ordenar mis planes de carrera con la perspectiva del reino. Para mí, un verso influyente ha sido: "¿Qué pide Jehová de ti? Solamente hacer justicia, amar la misericordia, y humillarte ante tu Dios." El periodismo es una carrera en la que podía buscar la justicia y la misericordia. Algunas personas se sienten atraídos por el periodismo a causa de las palabras. Yo me sentí más atraído por lo que las palabras pudieran hacer.

¿Cómo su fe afecta su trabajo?

En primer lugar, todos los reporteros llevan sus orígenes a sus puestos de trabajo, lo que les ayuda a cubrir ciertas historias mejor que otras. . . . Trabajé como reportero de la sección de religión durante un año en el Times, pero incluso cuando no soy reportero de religión específicamente, siempre he tropezado con historias relacionadas con la fe. Por ejemplo, cuando yo estaba cubriendo la guerra en Irak, escribí acerca de la difícil situación de los cristianos iraquíes; cuando cubrí la campaña presidencial de 2008, escribí acerca de la fe de Hillary Clinton.

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Ser cristiano también me da una cierta fluidez. Me ha ayudado a construir una buena relación con todo tipo de personas, desde la madre de una víctima de asesinato hasta las personas que asisten a la Cumbre de los Valores del Votante .

Sin embargo, lo más importante es que ha sido mi fe la que ha dado vida a todo lo que hago. Creyendo que puedo hacer una diferencia, mi fe me ha guiado a las historias y noticias que he buscado, como la historia de tres personas pobres de raza negra que sufrían de discapacitación mental y que fueron encarcelados en Alabama por matar a un bebé que probablemente nunca existió [la historia que finalmente ganó el Premio George Polk y el Premio de Livingston para periodistas jóvenes], o escribir sobre el impacto humano de la recesión económica, lo que hice durante dos años en el Times.

Sus últimos reportajes de investigación se han centrado en los problemas y lagunas en las regulaciones y leyes existentes sobre armas de fuego. ¿Por qué empezó a escribir sobre estos temas?

Mis historias de investigación de este año relacionadas con armas de fuego en realidad se remontan al 2011, cuando me mudé de la sección que cubre noticias nacionales a la de investigaciones. Yo había ayudado a cubrir el tiroteo de Gabrielle Giffords, entre otros, como corresponsal nacional en Tucson. Empecé a entrevistar a los investigadores de salud pública haciéndoles preguntas básicas sobre lo que sabemos del impacto de las armas de grueso calibre o alta capacidad, o la verificación de antecedentes criminales, o incluso si las comunidades con menor número de armas de fuego eran más seguras .

Fue entonces cuando me enteré de que la financiación, para este tipo de labor investigativa, se había reducido al mínimo a mediados de la década de 1990, en gran parte debido a la influencia de la Asociación Nacional del Rifle. Eso se convirtió en un artículo de primera página que, a su vez, dio lugar a otros más relacionadas con armas de fuego.

Estaba hurgando en reportajes de investigación relacionados con armas de fuego cuando se me pidió que pasara al área de investigaciones. Mis nuevos jefes me preguntaron si tenía algunas ideas, y mencioné que había estado explorando cómo un número creciente de estados estaban permitiendo que las personas con antecedentes de enfermedad mental podían someter una petición para que se les permitiera volver a tener armas de fuego. Eso me pareció muy interesante y me llevó a escribir mi primer largo artículo de investigación sobre las armas de fuego. Pude escribir varios más, culminando en una serie que fue nominada por el periódico para el Premio Pulitzer.

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Después de las elecciones del 2012, había pasado dos meses inmersos en un proyecto sobre la pobreza, cuando ocurrieron los tiroteos en Newtown, Connecticut. Mis jefes me pidieron volver a hacer reportajes de investigación relacionados con armas de fuego. Eso me llevó a escribir otra serie de artículos este año bajo el título "portar armas," sobre el impacto de la amplia disponibilidad de armas de fuego y la influencia de la industria de las armas de fuego, incluyendo, recientemente, un artículo de 5,000 palabras sobre accidentes con armas de niños, en la que descubrimos que las estadísticas federales de mortalidad están subestimando significativamente este tipo de muertes.

El Pastor Rick Warren ha estado hablando más sobre las armas de fuego desde que su hijo Matthew se suicidó después de obtener un arma de fuego a través de la Internet. Partiendo desde la experiencia que usted tiene y los reportajes que ha hecho, ¿cómo le gustaría a usted ver a los cristianos pensar y hablar acerca de las armas de fuego?

Esto es obviamente un territorio increíblemente traicionero, sobre todo para un periodista que trata de simplemente dejar que la obra investigativa hable por sí misma. En primer lugar, claro, esto no es un tema que ha conseguido muchos adeptos en los círculos cristianos a este punto. No se ha convertido en un gran punto de convergencia para los cristianos, ya sea liberal o conservador. He leído, sin embargo, algunos comentarios de los bloggers cristianos después de la entrevista que Rick y Kay Warren dieron a Piers Morgan, preguntándole si podría tomar este problema y tratar de poner en marcha un movimiento cristiano a favor del control de las armas de fuego. Estoy muy interesado en ver lo que se desarrolla en ese frente.

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En un intento de buena fe para responder a su pregunta, me parece que este es uno de esos temas en los que muchas personas simplemente toman la Biblia y la aplican de una manera que apoye el punto de vista que ya tenían. Hay una variedad de principios, por supuesto, que se pueden aplicar, desde amar al prójimo hasta dar al César lo que es del César. Por encima de todo, sin embargo, espero que los cristianos lleven al debate sobre el control de armas las virtudes de la cortesía y la humildad. ¡Cuán grande sería si los cristianos pudieran ayudar a abrir el camino inaugurando un espíritu de sensatez y de decoro en un tema que se ha convertido casi irremediablemente en un polarizador!

Algunos lectores conocerán el nombre de Juan McCandlish Phillips, otro reportero del New York Times y un cristiano que murió este mes de abril. ¿Qué clase de ejemplo fue él para ti?

Conocí a John en una reunión de un grupo de periodistas cristianos. . . . Aquí estaba este hombre flaco, de edad avanzada, muy alto, que se parecía a una versión moderna de Ichabod Crane—quien se presentó conmigo con una voz sibilante y aguda—"John Phillips, ex reportero del New York Times." No tenía idea de quién era, pero luego, por supuesto, descubrí que él era toda una leyenda.

Cuando conocí a John, yo todavía era un reportero de la Associated Press. Se interesó en mí, como lo hizo con una gran cantidad de periodistas cristianos jóvenes prometedores. Él repartió consejos y aliento, y era a menudo sólo un oído atento para nosotros. John se alegró mucho cuando me mudé al New York Times, y seguido me enviaba notas acerca de las historias que yo había escrito.

En cierto momento, al principio de mi carrera en el New York Times, había enviado una nota a algunos editores principales del periódico, que luego ellos pasaron a otros editores, sobre algunas ideas que yo tenía sobre nuestra cobertura de la religión, en la que revelé mi fe personal. Un editor de muchos años de experiencia me envió una nota apreciativa, en la que recordó a John y cómo solía conducir las reuniones de oración en un cuarto justo al lado de la sala de redacción. John también tenía la fama de siempre tener una Biblia sobre su escritorio en un lugar bien visibles.

Mucho de lo que John solía hablar no se trataba de evangelizar a la sala de redacción, sino simplemente ser excelente en el periodismo, porque eso es lo que Dios quiere. John fue un ejemplo para mí.

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