Actualización al 1 de marzo de 2022: Los nueve conversos han sido oficialmente absueltos. La sección 34 del Tribunal de Apelación de Teherán coincidió con el razonamiento del juez de la Corte Suprema que había dictaminado, en noviembre de 2021, que la predicación del cristianismo no es una acción que atente contra la seguridad nacional de Irán.

El lunes 28 de febrero, los jueces Seyed Ali Asghar Kamali y Akbar Johari aceptaron el testimonio del abogado de los conversos, el cual afirma que las iglesias que se reúnen en casas siguen «las enseñanzas del cristianismo», el cual enseña a sus miembros a vivir en «obediencia, sumisión y apoyo a las autoridades» [enlaces en inglés].

El precedente es significativo, dijo Mansour Borji, director de defensa de Article 18, porque los jueces expusieron ampliamente nueve razones en la absolución, en cumplimiento con la Constitución iraní y la tradición islámica.

Sin embargo, puede que pase un tiempo antes de que la sentencia se convierta en normativa. Uno de los nueve conversos, Abdolreza Ali-Haghnejad, ha vuelto a la cárcel por un cargo de propagación del cristianismo que había recibido seis años atrás, y del cual ya había sido absuelto. Y otros dos conversos, Behnam Akhlaghi y Babak Hosseinzadeh, quienes hicieron llamados a la libertad de culto por video, fueron acusados de un delito distinto de propaganda contra el Estado.

Los cristianos iraníes celebran el veredicto, dijo Borji, pero se mantienen cautelosos.

«Esta sentencia no se parece a ninguna otra que yo haya visto de este tipo», dijo. «[Pero] al menos una docena más de acusados (...) todavía están en prisión —o en exilio interior forzado— tras sus propias condenas por cargos similares».

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Actualización al 21 de diciembre de 2021: Si bien los nueve iraníes convertidos al cristianismo que ahora son elegibles para ser liberados gracias al fallo emitido por la Corte Suprema en noviembre todavía están en prisión por su fe, otro caso actualmente en curso está contribuyendo al establecimiento de un precedente.

Un revolucionario fiscal de la Corte en la ciudad de Dezful, 724 km al suroeste de Teherán, se negó a presentar cargos contra ocho iraníes convertidos al cristianismo. Cuatro de ellos fueron arrestados en abril del año pasado, y posteriormente cuatro personas más fueron agregadas al caso.

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Hojjat Khalaf, Esmaeil Narimanpour, Alireza Varak-Shah, Mohammad Ali Torabi, Alireza Zadeh, Masoud Nabi, Mohammad Kayidgap y Mohsen Zadeh fueron acusados con cargos penales por fomentar «propaganda contra la República Islámica de Irán».

El juez proporcionó una explicación por escrito el 30 de noviembre, la cual se hizo pública el 21 de diciembre de 2021. Según Middle East Concern, una organización para la defensa de cristianos que sufren persecución, el juez declaró [enlaces en inglés] que, aunque la apostasía es un delito según la sharía islámica, no conforma un delito según las leyes de Irán.

Mansour Borji, director de defensa de la organización sin fines de lucro Article 18, le dijo a CT que la decisión no estaba relacionada con el reciente fallo de la Corte Suprema, ya que el caso Dezful aún no había llegado a los tribunales.

«El fiscal simplemente no estaba convencido con los cargos inventados por los agentes de inteligencia sin la más mínima evidencia», dijo. «Pero su razonamiento es muy importante».

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Actualmente, al menos 20 cristianos están encarcelados en Irán porque su fe fue considerada una amenaza para la seguridad nacional de la república islámica. De los más de 100 creyentes iraníes encarcelados desde 2012, todos han sido acusados con cargos similares.

Pero la decisión reciente de un juez de la Corte Suprema les da esperanza a todos.

«La simple predicación del cristianismo… a través de reuniones familiares [iglesias en las casas] no es una manifestación de reunión y conspiración para perturbar la seguridad del país, ya sea de forma interna o externa», afirmó Seyed-Ali Eizadpanah.

«La promoción del cristianismo y la formación de una iglesia en una casa no están penalizadas por la ley».

Hace dos años, nueve conversos de la Iglesia No Trinitaria de Irán ubicada en Rasht, 321 km al noreste de Teherán cerca del mar Caspio, fueron arrestados en redadas en sus hogares e iglesia.

Condenados a cinco años de prisión en octubre de 2019, Abdolreza Ali Haghnejad, Shahrooz Eslamdoust, Behnam Akhlaghi, Babak Hosseinzadeh, Mehdi Khatibi, Khalil Dehghanpour, Hossein Kadivar, Kamal Naamanian y Mohammad Vafadar ahora son elegibles para ser liberados.

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El fallo de Eizadpanah, anunciado el 24 de noviembre, «no tiene precedentes», según varios cristianos iraníes y defensores internacionales.

«El principal argumento del juez es lo que hemos estado diciendo durante años», dijo Mansour Borji, director de defensa de Article 18 , organización con sede en el Reino Unido que promueve la libertad religiosa en Irán, y que hizo el conteo de los casos mencionados anteriormente de los registros públicos disponibles.

«Pero nos asombró escucharlo de alguien posicionado en un nivel tan alto».

El fallo también va contra la corriente del entendimiento internacional. El último informe sobre libertad religiosa de Irán del Departamento de Estado de Estados Unidos describió el proselitismo y la conversión como punibles con la muerte. Reza Esfandiari, un analista independiente iraní que también vive en el Reino Unido, dijo que la ejecución no sería un castigo común, pero que los esfuerzos de los pastores locales para convertir a los musulmanes eran considerados «definitivamente ilegales».

«El fallo simplemente refleja que las creencias privadas no son un asunto de materia pública o política», dijo, aludiendo al artículo 23 de la Constitución de Irán, «y que el estado no debe involucrarse en la adoración y la predicación de las iglesias en las casas».

Lo que está prohibido, dijo, es el testimonio público de la fe.

Borji no está de acuerdo con esta última interpretación. Irán es signatario de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, los cuales protegen la libertad de propagar la fe personal.

«Irán no puede separar y elegir entre las partes de la libertad religiosa, decidiendo aquello que se puede ejercer solo en privado, pero no en conjunto», dijo. «Nuestros derechos están consagrados en la ley, al menos en la teoría».

La complicación proviene del artículo 167 de la Constitución de la nación iraní, que somete todas las leyes a la sharía islámica, según la interpretación de un juez.

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Existe cierta diversidad de opiniones. Contrariamente a la ortodoxia gobernante, el difunto Gran Ayatolá Hussein-Ali Montazeri, quien estuvo una vez en la línea para ser el líder supremo de la nación, dijo en 2005 que el cargo de apostasía no es aplicable en el caso de una indagación sincera acerca del cristianismo.

Tales fallos clericales han dado a los abogados margen de maniobra para defender el caso de los conversos ante jueces comprensivos. Los nueve acusados ​​de la Iglesia de Irán, sin embargo, fueron condenados por uno apodado el «Juez de la Muerte» por su trato severo a los presos por motivos de conciencia.

Los defensores internacionales advierten que no se debe atribuir demasiado poder a un solo veredicto. El caso será enviado ahora a otro juez dentro del sistema judicial revolucionario, que puede hacer caso omiso del argumento del juez de la Corte Suprema.

«El gobierno iraní tiene un historial de no seguir sus propias reglas», dijo Hormoz Shariat, presidente de Iran Alive Ministries, organización que a su vez opera Shabakeh 7, una red cristiana de televisión por satélite en idioma farsi. «Es muy probable que esta decisión no ayude realmente a los cristianos».

Los tribunales de la guardia revolucionaria, que se encargan específicamente de casos relacionados con la seguridad nacional, a menudo dictaminan sus fallos a puerta cerrada. (En general, Irán utiliza un sistema legal inquisitorial como el de Francia [en lugar del sistema de tipo acusatorio tal como en el Reino Unido y los Estados Unidos], y los jueces juegan un papel activo en la investigación de los casos).

«Este fallo no tiene precedentes, pero queda por ver cómo será la evaluación que los tribunales revolucionarios llevarán a cabo», declaró Middle East Concern. «Es muy probable que una revisión lleve a la reducción de las sentencias, pero esto no es suficiente.

»Estos hombres deberían ser absueltos de todos los cargos. Eso representaría un gran cambio para los cristianos conversos en Irán».

El abogado iraní de derechos humanos Hossein Ahmadiniaz explicó que, si el resultado de la revisión no sigue la sentencia de la Corte Suprema, los acusados ​​tendrán derecho a apelar. Si su sentencia aún se mantiene, pueden remitir el caso nuevamente a la Corte Suprema, al mismo juez que emitió la primera decisión.

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En caso de que Eizadpanah insista en su fallo inicial, este se vuelve vinculante para el tribunal inferior que está en dicho caso, y se vuelve consultivo para otros tribunales con casos similares. Si cambiara de opinión, el último paso judicial sería remitir su caso al consejo completo de la Corte Suprema compuesto por unos 50 magistrados. Por mayoría, luego emitirían un voto de precedente judicial con el poder de la ley.

En el pasado, la Corte Suprema ha dictaminado obligar al gobierno a emitir tarjetas de identificación para la comunidad bahá'í que actúen como registro de su fe. Pero también ha confirmado la pena de muerte en un caso de adulterio, así como contra un periodista cuyos escritos inspiraron protestas contra el gobierno en 2017.

Y la semana pasada, dijo Borji, otro juez de la Corte Suprema sostuvo los cargos de seguridad nacional contra dos conversos cristianos.

Las negociaciones de Irán con Occidente sobre su programa nuclear pueden haber influido en la decisión de Eizadpanah en el caso de los nueve creyentes de Rasht, especuló Borji. Pero si es así, probablemente fue impulsado por una valiente campaña lanzada desde dentro de Irán.

Dos de los nueve acusados ​​escribieron una carta abierta a las autoridades iraníes.

«El gobierno ha puesto un pesado yugo de persecución en [nuestros] cuellos», escribieron Hosseinzadeh y Akhlaghi, junto con Saheb Fadaie, un pastor de una iglesia en casa que ya estaba cumpliendo una condena de seis años. «Día a día, este país retrocede y está cada vez más empobrecido de diversidad ideológica».

Los dos acusados hicieron referencia al artículo 13 de la Constitución de la república islámica y señalaron que los derechos otorgados a las minorías religiosas no mencionan la etnia armenia o asiria. Estas históricas comunidades cristianas ortodoxas, que fueron oficialmente contabilizadas en 117 700 personas en el último censo, reciben tres escaños en el parlamento de Irán y se les permite realizar sus ritos y ceremonias en sus propios idiomas.

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Los creyentes persas también publicaron testimonios en video.

«Las iglesias que permanecen abiertas son accesibles solo para ciertas personas —los nacidos en familias cristianas—, pero no para nosotros [los conversos]», dijo Hosseinzadeh. «¿Dónde voy a adorar después de estos cinco años?».

El argumento de Akhlaghi fue similar.

«Si asistir a una iglesia en casa se considera un delito y las iglesias [de habla farsi] están cerradas, ¿cómo y dónde podré llevar a cabo mis ritos religiosos?», dijo.

Mary Mohammadi, una joven de Irán de 22 años de edad que ha sido encarcelada en repetidas ocasiones por su fe y fue expulsada de su educación universitaria, los apoyó con solidaridad.

Se paró frente a una iglesia Adventista del Séptimo Día cerrada, y se unió a la campaña del hashtag #place2worship y a su defensa del caso por medio de videos.

«Tener un lugar formal y específico dedicado como iglesia no es un privilegio que pueda ser determinado por una persona, una institución o incluso el gobierno, como si alguien pudiera decidir qué grupo de cristianos puede tener una iglesia y qué grupo no», dijo Mary Mohammadi.

«Tener un edificio de iglesia formal es un derecho inalienable».

Esfandiari dijo que se trata de una laguna legal.

«La situación de los iraníes que pertenecen a la etnia persa debe ser aclarada por la ley», dijo a CT. «Ahora el problema es cómo se debe reconocer legalmente a los protestantes y católicos iraníes».

Esfandiari estima que su número es de unos 100 000. Algunas organizaciones cristianas extranjeras los cuentan tan solo como 10 000. Según Puertas Abiertas, que ubica a Irán en el octavo lugar de su Lista Mundial de la Persecución de los países donde es más difícil seguir a Jesús, esta cifra es de 800 000.

Sin embargo, más que una laguna legal, Borji atribuye las dificultades de los conversos a la política gubernamental. El fallo de la Corte Suprema brinda esperanza de que Irán pueda estar iniciando un proceso de revisión interna. Borji cree que la corte revolucionaria aceptará la decisión de Eizadpanah, puesto que Teherán intenta restaurar su imagen ante el mundo.

«Pero esto solamente será un analgésico para una enfermedad grave», dijo Borji. «No debemos ser demasiado optimistas de que esto represente un cambio radical hacia los cristianos».

Traducción por Sergio Salazar.

Edición en español por Sofía Castillo y Livia Giselle Seidel.

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