El evangelicalismo es ahora el grupo demográfico religioso más grande en América Central, según una encuesta realizada con casi cuatro mil personas en cinco países. Más de un tercio de la población de Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica le dijeron a los investigadores de M&R Consultants que son evangélicos, mientras que otro 29 % dijo que son creyentes sin denominación.

Solamente un tercio de la población de la región respondió ser católica, muy lejos del casi 60 % de la década de 1970. Algunos investigadores han atribuido el cambio a conflictos internos del catolicismo, a las prolongadas consecuencias de las afiliaciones políticas de la iglesia a la extrema derecha y la extrema izquierda, así como a los cambios traídos por la urbanización.

El teólogo evangélico Samuel Escobar, percibiendo la tendencia en una entrevista de 2006, dijo que los católicos que se trasladaban a las ciudades de América Central encontraban empoderamiento en su conversión evangélica. «Su decisión de aceptar a Cristo significaba un cambio en sus patrones de conducta, cosa que les ayudaba a reorientar sus vidas», dijo.

Según el sociólogo Ariel Goldstein, quien tiene una postura crítica con respecto al involucramiento de los evangélicos en la política de la región, los evangélicos crecen porque se adaptan a las costumbres locales, tienen un clero que vive cerca de la gente, innovan, usan las redes sociales, suplen necesidades prácticas y crean comunidad [enlace en inglés].

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