Este artículo fue publicado en colaboración con la Conferencia Nacional de Liderazgo Cristiano Hispano (NHCLC, por sus siglas en inglés).

La Dra. Andrea Ramírez recientemente entrevisto al Rev. Samuel Rodríguez para dialogar sobre la Igualdad en la Educación para estudiantes de toda raza, todo nivel económico y código postal.

El Rev. Rodríguez es Presidente de la Conferencia Nacional Cristiana de Líderes Hispanos (NHCLC/CONEL) y la Asociación Evangélica Hispana. Su nuevo libro se titula Be Light (Se luz).

Rev. Rodríguez, usted fue recientemente entrevistado en varios programas nacionales de televisión, como Fox News, para discutir temas importantes para la comunidad hispana, cristiana. ¿En qué mensaje se está enfocando durante esta temporada?

Es el mensaje de prender la luz en vez de quejarnos de la oscuridad. Por el trabajo que realiza la NHCLC todo el año, podemos dirigirnos a diferentes esferas de la cultura norteamericana. A veces llego a mi hogar y me siento agobiado por la oscuridad que he encontrado. Pero Dios ha hablado conmigo que dirija mi energía en prender la luz y no enfocarme en la oscuridad. Y mientras vivamos en la sociedad y enfrentemos oscuridad, ¿qué es el antídoto? Prender la luz. Cada vez que la luz está al lado de las tinieblas, la luz siempre ganará.

¿Dónde ve la oscuridad en el sistema educativo de nuestra nación y cómo podemos prender la luz?

Es la oscuridad de la desigualdad en la educación. Muchos muchachos se frustran en el grado 7, 8, y 9 y se desilusionan de su educación. Comparas ese joven a cuando era niño, cuando tenía sueños y aspiraciones. De una manera u otra, la luz de aspiración ha sido cubierta por una nube de ansiedad y desesperación y falta de esperanza.

Tenemos que aprovechar el poder que tenemos en Cristo a través de las Sagradas Escrituras para pelear en contra de la complacencia, el desamparo y la ansiedad. Tengo que encender la luz de Su destino y empujar en contra de lo que opaca la luz. Cada estudiante está lleno de destino y un gran potencial dado por Dios. Como padres y líderes podemos ayudar a remover lo que opaca - si es desigualdad, disparidad, o niños recibiendo instrucción educacional diluida en el espíritu de lo que es políticamente correcto. Podemos decir, "Prendamos la luz de igualdad educativa y empoderamiento, elevemos los estándares para todo niño." Cuando elevamos los estándares, ayudamos a remover lo que opaca la luz y exponemos la luz del destino de Dios en sus vidas.

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Tenemos que elevar los estándares para todo estudiante y necesitamos que se rinda cuentas. Parte de ese rendir de cuentas incluye exámenes. ¿Cómo podemos ayudar a estudiantes para que estén preparados para los exámenes?

Primeramente, hay fe. Hay esta calma, un nivel de confianza en reconocer que Dios los ha equipado con lo necesario para ser examinados. No solo para sobrevivir sino para prosperar. Pueden superar la ansiedad con su fe en Cristo y las habilidades que Dios les ha dado.

Yo creo en nuestros hijos. Todos enfrentamos desafíos. Todos somos examinados - ya sea examen estatal en salón de clase u otro examen - todos navegamos la jornada de la vida y llegan a nosotros pruebas. Nos llegan "exámenes de sorpresa" y no sólo en matemáticas, historia e inglés, pero en la vida - en matrimonios, y aún ¡en nuestra fe! Podemos descansar en la realidad de que nuestro valor personal está seguro; tenemos valor y somos amados sin importar la calificación del examen. Por supuesto, un examen ayuda a brillar la luz en áreas donde necesitamos crecer, aprender y mejorar.

¿Qué diría a aquellos cuyas sugerencias políticas parecen promover que bajemos los estándares para que los estudiantes se sientan bien sobre sí mismos?" Quizás piensan que están siendo compasivos, ¿pero le ayuda esto a estudiantes que son minorías?

Sin juzgar el motivo intrínseco detrás de ello, tengo que enfatizar que el bajar de los estándares académicos perpetua la idea de una ciudadanía de segunda clase.

Hablemos claro: los niños en los suburbios reciben una educación de un nivel mayor. Dígame si es justo que un muchacho en los suburbios este leyendo Canterbury Tales, y un latino u afro americano o un anglo en pobreza en medio de una ciudad urbana está leyendo Dora la Exploradora. Estamos creando dos sistemas en el país y yo creo que eso es moralmente reprensible.

La igualdad educativa quiere decir que elevamos los estándares para todos. Todos tienen el potencial para el éxito académico. Hagamos de los estándares básicos el techo y no el piso, y vayamos de gloria en gloria. Todos hemos sido creados iguales, a semejanza de Dios.

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¿Antes de dirigir la organización Hispana Cristiana más grande, usted era un maestro verdad?

Por cinco años fui maestro de historia, gobierno y economía. Una de las experiencias memorables, después del tercer año, Dios bendijo verdaderamente. Estábamos prosperando, consultando con otras escuelas. Me encontré en una posición en que pude hablar con el director y decirle, “tengo mi curso de honores, pero quiero enseñar a los estudiantes con mucho desafío." Quería usar estrategias y técnicas diferentes pero enseñarles el mismo material y contenido de la clase de honores. Mismo vino, diferente odre. Mismo tema, mecanismo diferente pero con las mismas expectativas.

Al fin del día, tuve la razón. En los dos grupos; la clase de honores y la clase remedial, abrazaron la información, tuvieron éxito y prosperaron. Pasaron el examen. Les di el examen de la clase de honores a la clase remedial y tuvieron éxito. Todo estudiante puede prosperar con altas expectativas, maestros dedicados y padres que les apoyan.

¿Qué consejo le ofrece a maestros que quieren "ser luz" en sus salones de clase?

Ser luz en el salón de clase requiere que uno ponga su lámpara sobre la mesa. Brillar con amor y afirmación, dándonos cuenta que los estudiantes llevan la imagen de Dios. Algunos de ellos vienen de circunstancias desafiantes - de hogares con solo un papá o una mamá, con recursos limitados financieros y quizás limitados en afirmación también. Algunos viven en realidades muy disfuncionales. Somos obligados por las Sagradas Escrituras a ofrecer un abrazo, una palabra de afirmación, decirles "creo en tí." Esas palabras son poderosas para un estudiante que viene de un trasfondo difícil o un hogar disfuncional. "Creo en tí. Hay grandeza dentro de tí." Repite esto frecuentemente, aún antes de algún examen y observa lo que sucede con las calificaciones. "Creo en tí. Hay grandeza dentro de tí." Puedes ayudar a esos estudiantes a que su mundo cambie. Ese es el poder de ser luz.

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