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26 millones de estadounidenses dejaron de leer la Biblia regularmente durante la pandemia

El fuerte descenso puede estar ligado al confinamiento y a las dificultades para asistir a la iglesia.
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26 millones de estadounidenses dejaron de leer la Biblia regularmente durante la pandemia
Image: Dylan Ferreira / Unsplash

Cuando los investigadores de la American Bible Society [Sociedad Bíblica Estadounidense] vieron las estadísticas de las encuestas para el informe State of the Bible 2022, no podían creer los resultados. Los datos reflejaban que casi 26 millones de personas habían mayoritariamente o totalmente dejado de leer la Biblia durante el año anterior.

«Revisamos nuestros cálculos. Volvimos a estudiar nuestras fórmulas y corrimos los números otra vez… y otra vez», escribió John Plake, investigador jefe de la American Bible Society, en su informe de 2022. «Lo que descubrimos fue desconcertante, descorazonador y perturbador» [enlaces en inglés].

En el informe de 2021, casi el 50 por ciento de los estadounidenses dijo que leyeron la Biblia por su cuenta al menos tres o cuatro veces al año. Ese porcentaje se había mantenido más o menos estable desde el 2011.

Pero para 2022, bajó 11 puntos. Ahora solo el 39 por ciento dijo haber leído la Biblia varias veces al año o más. Es el descenso más pronunciado y agudo del que se tiene constancia.

De acuerdo en el doceavo informe anual State of the Bible, no fueron solo los lectores ocasionales de la Biblia quienes casi no levantaron sus Biblias en 2022. Más de 13 millones de los lectores más comprometidos (medición que se hace tomando en consideración la frecuencia, el sentimiento de conexión con Dios y el impacto de la Biblia en sus decisiones diarias) dijeron que leyeron menos la Palabra de Dios.

En este momento solo el 10 por ciento de los estadounidenses indica que leen la Biblia todos los días. Antes de la pandemia era aproximadamente el 14 por ciento.

Plake piensa que el dramático cambio muestra qué tan íntimamente relacionadas están la lectura bíblica (aun cuando esta es individual) y la asistencia a la iglesia. Cuando los servicios regulares fueron interrumpidos por la pandemia y las consecuentes medidas de emergencia en materia sanitaria, esto tuvo un impacto, no solo en los cuerpos corporativos de creyentes, sino también en los individuos en casa.

«El factor de mayor importancia es la COVID-19», le dijo a CT. «Al ir rastreando e indagando para descubrir qué pasó realmente con respecto al estudio de las Escrituras para el informe de 2022, nos dimos cuenta que varios y graves problemas estaban sucediendo en los Estados Unidos en el momento en que se llevó a cabo la encuesta».

La encuesta para el informe State of the Bible recolectó datos en enero de 2022, cuando el número de contagios por la variante ómicron del coronavirus iba en aumento.

La mayoría de las iglesias permanecieron abiertas y ofrecían la opción adicional de la trasmisión en línea. Solo alrededor del 3 por ciento no se congregaban de manera presencial, de acuerdo con Lifeway Research [enlaces en inglés]. Pero la pandemia tuvo un efecto visible en la asistencia a la iglesia. El Pew Research Center encontró que casi un tercio de quienes asisten regularmente a la iglesia no han regresado a las actividades presenciales. Algunos de ellos participan del servicio en línea, pero otros han desertado por completo.

Al mismo tiempo, hubo un marcado descenso en la lectura bíblica.

Don Whitney, profesor de espiritualidad bíblica en el Southern Baptist Theological Seminary y autor de Spiritual Disciplines for the Christian Life [Disciplinas espirituales para la vida cristiana], piensa que hay una conexión causal. Él declara que aislarse de otros cristianos tiene un impacto «letal» en la lectura privada de la Biblia. Cuando las personas no asisten a la iglesia, no recuerdan las bendiciones de la Escritura y la gran importancia que tienen en sus vidas. Además de que no son animados por otros cristianos a compartir lo que han aprendido en su estudio privado de las Escrituras.

Otro factor importante es que las iglesias son el lugar principal en el que la gente aprende a leer la Biblia.

«Esto es claramente una responsabilidad de la iglesia local», dice Whitney. «La iglesia debería enseñarles».

[La Biblia] es un libro desafiante, e incluso cuando las personas creen en un sentido abstracto que es bueno leerla, eso no significa que saben cómo entender un pasaje en particular o incluso dónde empezar.

«Nunca han leído un libro en su vida que se acerque a la extensión de la Biblia, y como no lo han hecho antes, creen que no pueden hacerlo ahora», declara Whitney. «También podríamos decir: “Agita tus brazos y vuela a la luna”. Creo que tenemos que mostrarles que es posible hacerlo».

De acuerdo con Lifeway Research, incluso las personas que suelen leer la Biblia, con frecuencia no la leen mucho. Solo uno de cada cinco estadounidenses ha leído la Biblia en su totalidad, mientras que uno de cada cuatro nunca ha leído más de unas cuantas oraciones.

«Para la mayoría de las personas, es casi como un libro de referencias», dijo Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research. «Buscan algo cuando ellos o alguien cercano lo necesita. O abren la Biblia al azar y leen la sección que salga».

Él también cree que contar con una comunidad cristiana es decisivo para la lectura bíblica.

«Jesucristo nos invitó a seguirlo, y esa es una decisión que debemos hacer individualmente. Pero Él determinó que deberíamos seguirlo en comunidad con otros creyentes», declaró. «Muchas personas se están perdiendo el reforzamiento mutuo que solo puede llevarse a cabo de manera semanal».

Pero incluso cuando la lectura de la Biblia descendió dramáticamente en 2022, todavía hay un gran interés en la Biblia por parte de aquellos que nunca, raramente o solo a veces la leen. De acuerdo al informe State of the Bible, un tercio de quienes nunca leen la Biblia dicen que sienten alta o muy alta curiosidad con respecto a ella. Muchos de ellos, dijo Plake, se volverán a las Escrituras en sus momentos de necesidad.

«Lo que encontramos es que mucha gente, cuando pasan por un momento o circunstancia difícil, se preguntan: “¿La Biblia tiene algo para mí? ¿Puede ayudarme a atravesar este problema?”», mencionó. «Ellos comienzan a echar un vistazo y a explorar las Escrituras. Eso les abre todo un mundo nuevo de la Palabra y de la relación de Dios con su pueblo».

Hay evidencia de que esto sigue sucediendo, incluso en 2022. El número de personas descargando aplicaciones que contienen la Biblia está creciendo, y nuevas aplicaciones están entrando al mercado, algunas con promesas de ayudar a los usuarios a desarrollar el hábito de la adoración diaria. Dos pódcasts de la Biblia se encontraron entre los más populares de Apple al comienzo de este año.


Y las Biblias impresas permanecen como una opción popular.

«Las ventas de todas nuestras traducciones de la Biblia han incrementado este año», dijo Melinda Bouma, vicepresidenta y editora adjunta de Biblias para Zondervan. «Hemos experimentado una alza en las ventas en todas nuestras ediciones».

Esto incluye desde Biblias usadas para estudio personal y devocional, hasta Biblias de regalo, Biblias educativas, y Biblias para evangelismo. De hecho, la industria bíblica crea cada vez más productos especialmente diseñados para quienes no leen la Biblia tanto como quisieran.

«Hemos aprendido que al final del día nuestro trabajo es crear Biblias que faciliten adentrarse a la Palabra de Dios», dijo Bauma. «Creemos que ofrecer varias opciones equipa a los lectores para superar el reto de hacer tiempo para leer la Biblia».

Los cristianos pueden percibir como desalentadores los resultados del informe State of the Bible, dijo Plake. Pero la disminución en la lectura bíblica no es inevitable ni irreversible. Y si está conectada a la asistencia a la iglesia y la conexión con la comunidad cristiana, entonces aquellos que se preocupan por conectar a las personas con las Escrituras pueden centrar allí sus esfuerzos.

«Hay muchas cosas que no están bien. Pero cuando no están bien, ¿Cómo respondemos? Ese es el asunto crítico para la iglesia», dijo Plake.

«Estoy seguro de que podremos cambiar el rumbo del compromiso de las personas con las Escrituras... pero eso solo ocurrirá si nos unimos y decimos que vamos a servir a nuestras comunidades con la esperanza que encontramos en la Palabra de Dios».

Traducción por Hilda Moreno Bonilla.

Edición en español por Livia Giselle Seidel.

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