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Los seminarios evangélicos de Ucrania piden ayuda

«¿Cuánto tiempo más, Señor?» y «Dios, rompe los huesos de mi enemigo» ahora igualan a los aleluyas mientras los líderes piden apoyo y asistencia, lamentando el silencio de los cristianos rusos.
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Los seminarios evangélicos de Ucrania piden ayuda
Image: Kaoru Ng / SOPA Images/LightRocket / Getty Images
Una iglesia dañada y un auto incendiado en Irpin, Ucrania, causados por un ataque militar ruso el 9 de marzo de 2022.

A mediados de febrero, Taras Dyatlik se reunió en Moldavia con amigos y compañeros para una ronda más de diez días de triviales reuniones de seminario. En su puesto como director regional para Europa del Este y Asia Central para el Overseas Council, él sirvió como pivote en el diseño de una estrategia y en la planeación financiera para una red de instituciones teológicas en Ucrania y Rusia.

Tres días después, regresó desesperadamente a Kyiv [Kiev]. La familia de Dyatlik, como gran parte de Ucrania, estaba bajo ataque por parte de las fuerzas militares rusas. Y lo único que sonaba más fuerte que las sirenas de ataque aéreo que pronto inundarían sus noches de insomnio era el silencio de sus colegas rusos.

«No es un conflicto, no es una situación, no es tensión dentro de Ucrania; esto es invasión, esto es agresión; esta no es una operación especial», dijo, utilizando los términos empleados por la mayoría de los rusos, y varios de los muchos partidarios cautelosos en Occidente.

Hizo hincapié en que la Biblia muestra la importancia de la precisión en el lenguaje.

«No es solo que Abel murió o que Jesús fue simplemente traicionado; Judas traicionó a Jesús, Caín mató a Abel», dijo. «No es solo que un hombre pecó; Adán y Eva pecaron. La verdad bíblica tiene nombres, tiene una cadena de causa y efecto».

Los comentarios cargados de Dyatlik reflejaron otros expresados ​​​​en una mesa redonda en línea organizada el jueves por el Instituto de Teología de Europa del Este con sede en Ucrania. Alrededor de 500 partidarios, socios y simpatizantes en general se registraron para The Russia-Ukraine War: Evangelical Voices, ansiosos por escuchar a los hermanos creyentes en el frente de guerra.

Los asistentes, provenientes de al menos 25 naciones y 20 estados de los EE. UU., recibieron una reflexión teológica y emoción pura.

«Es difícil para nosotros, los ucranianos, mantener la calma cuando hablamos de lo que está sucediendo en Ucrania», dijo Roman Soloviy, director del Instituto de Teología de Europa del Este, quien actuó como moderador. «La mayoría de nosotros los hombres nunca hemos llorado tanto como durante las últimas tres semanas. Realmente necesitamos su ayuda, su oración y su voz en el mundo».

Oleksandr Geychenko, rector del Seminario Teológico de Odessa, expresó la conmoción de todos.

«Morimos con la mujer embarazada y su bebé cuando bombardearon el hospital de maternidad. Huimos con los que huían de los disparos rusos», dijo. «Todo a lo que estábamos acostumbrados ha sido aniquilado, ahora es solo un desierto».

El Seminario Teológico de Odessa es el más antiguo de los seminarios evangélicos ucranianos, cuya historia se remonta a un esfuerzo local de 1989 para capacitar a predicadores y maestros de escuela dominical. El campus fue evacuado al comienzo de la guerra cuando el ejército ucraniano asumió la ocupación en defensa del puerto del mar Negro.

Pero lo que más ha desconcertado y desalentado a Geychenko es la posición de muchos evangélicos rusos. Una semana antes de la invasión, mientras aumentaban las tensiones con Moscú, participó en una iniciativa para redactar una declaración conjunta de educadores teológicos de Europa del Este y Asia Central que condenaría la amenaza y los preparativos para la guerra.

Los participantes rusos se resistieron, dijo. Querían un llamado genérico a orar por la paz.

«Una semana después, nuestras ciudades fueron alcanzadas por misiles y estos colegas comenzaron a cambiar su perspectiva», dijo Geychenko. «Desafortunadamente, el círculo más amplio de ministros rusos, celebridades evangélicas y cristianos promedio aún no lo han hecho».

«La mayoría de los expertos se equivocan cuando dicen que esta guerra es la guerra de Putin», dijo. «No, esta guerra cuenta con el apoyo de una parte significativa del pueblo ruso».

El gran desafío, dijo Valentin Siniy, rector del Instituto Cristiano Tavriski, es procesar los sentimientos de dolor y traición.

Ubicado en Kherson [Jersón], la primera ciudad importante en caer bajo control ruso, su seminario ahora está ocupado por el ejército ruso. La Iglesia Ortodoxa Ucraniana calificó estas acciones ocasionalmente repetidas como «sacrilegios» [enlace en ucraniano].

Siniy citó el ejemplo bíblico de Jesús limpiando el templo de cambistas con un látigo. «Si vamos a esconder nuestro miedo, nuestra ira detrás de una máscara, entonces estaremos actuando como fariseos», dijo. «… Los ucranianos necesitaremos aceptar nuestra ira y dársela a Dios».

Reflexionó sobre la historia de su juventud influenciada por los menonitas. Pero hoy, Siniy está orando la maldición de Débora que aparece en Jueces 5 sobre aquellos que no vinieron a ayudar. Buscando dirigirla contra la guerra misma, también ora positivamente para que el reino de Dios se manifieste más claramente en el mundo.

Ivan Rusyn es más específico.

«Alguien ha dicho que la expresión “¿Hasta cuándo, Señor?” es tan espiritual como la palabra aleluya», dijo. «Quiero dar un paso más y decir que he llegado a la conclusión de que las palabras “Dios, rompe los huesos de mi enemigo” son tan espirituales como la bendición de Aarón» [enlaces en inglés].

Como rector del Seminario Teológico Evangélico de Ucrania en Kyiv, Rusyn es uno de los pocos miembros del personal que se han quedado para ayudar a su comunidad. El campus inicialmente sirvió como un centro para el ministerio tanto para los vecinos como para los que huían de las zonas de guerra más al este.

Pero luego fue bombardeado, su vecindario cayó bajo control ruso y ahora vive en la oficina de la Sociedad Bíblica Ucraniana.

Se podía escuchar el fuego de misiles durante su presentación, agregó.

«Esta es una guerra a gran escala sin motivo de la Federación Rusa contra el pueblo ucraniano», dijo. «El objetivo es la destrucción completa de Ucrania».

Sin embargo, todavía ve a Dios obrando. Rusyn está aprendiendo el significado del ministerio de la encarnación. Los vecinos prometen visitar el campus cuando termine la guerra. Se distribuyen Biblias a soldados y civiles por igual.

Y ve un impacto aún mayor.

«La guerra ha unido a los ucranianos», dijo Rusyn. «Si la iglesia sigue a Cristo, irá ahí donde hay mayor necesidad y se quedará allí».

Stanislav Stepanchenko, decano del Seminario Teológico de Lviv, cerca de la frontera occidental de Ucrania, se ha mantenido a salvo hasta ahora. Todos los días, su campus alberga a unas 100 personas que huyen de Ucrania y van en camino a Polonia o Rumania.

La ONU estima que hay más de tres millones de refugiados provenientes de Ucrania.

«Somos el primer lugar donde pueden respirar hondo y conseguir algo de comida», dijo. «No hay lucha en nuestras calles, pero vemos la guerra en los ojos de los que escapan».

Al coordinar el trabajo de 40 voluntarios, Stepanchenko estuvo de acuerdo con las oraciones imprecatorias de sus colegas. Ha estado orando el Salmo 82 y el Salmo 55, deseando que los agresores desciendan a la fosa.

Pero él y su equipo encuentran esperanza en Mateo 25 («… fui extranjero, y me recibieron…») y lo recuerdan en cada acto de servicio. Aun así, piensan en las decenas de niños muertos en la guerra, volviendo con frecuencia al llanto de Raquel en Génesis.

«Ucrania llora por sus hijos y se niega a ser consolada», dijo Stepanchenko. «¿Por qué está haciendo esto Putin? Porque puede».

Tras el discurso del presidente ucraniano Volodímir Zelenski ante el Congreso, el presidente estadounidense Joe Biden calificó a Putin de «criminal de guerra».

Un teatro que albergaba a cientos de civiles en Mariúpol fue bombardeado el jueves, a pesar de dos grandes etiquetas pintadas en su exterior que decían «NIÑOS». Un complejo de piscinas vecino también fue atacado, con mujeres y niños dentro.

El daño en toda Ucrania es considerable. La ofensiva rusa se ha estancado en gran medida, con las principales ciudades bombardeadas desde la distancia. Los sitios religiosos no han sido inmunes.

Soloviy y Geychenko se unieron a decenas de otros clérigos y defensores de la libertad religiosa para condenar los daños sufridos a 28 iglesias, mezquitas y sinagogas. La Mesa Redonda de Libertad Religiosa en Ucrania también registró el asesinato de cuatro sacerdotes ortodoxos y la captura de dos más (uno liberado desde entonces).

De manera similar, CBN informó sobre el secuestro de una de sus trabajadoras humanitarias afiliadas cerca de Mariúpol, una mujer llamada Valentine.

El llamado a la mesa redonda, firmado también por la Sociedad Bíblica de Ucrania, Jóvenes por Cristo y líderes de las comunidades bautista, pentecostal, ortodoxa, musulmana y judía, pidió a las parroquias de la Iglesia Ortodoxa afiliadas a Moscú que rompieran los lazos con el patriarca Kirill de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

Ya ha pasado en el extranjero. Las iglesias de Ámsterdam y Estonia han anunciado su separación.

Kirill prevé una lucha tensa por la ortodoxia en Ucrania, y una encuesta reciente lo confirma. Antes de la guerra, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana (afiliada a Moscú) tenía unas 12 000 parroquias según algunos reportes, mientras que la disidente Iglesia Ortodoxa de Ucrania tenía unas 7000, señaló Eurasia Daily Monitor. (Aunque el diario de la Fundación Jamestown también señaló que este recuento no refleja la asistencia a cada parroquia y varias solicitudes de transferencia siguen sin aprobarse).

Pero una encuesta reciente realizada del 8 al 9 de marzo encontró que más de la mitad de los feligreses de la rama afiliada a Moscú están a favor de romper relaciones con ellos.

El papa Francisco, de la Iglesia Católica Romana, y el Arzobispo Justin Welby, de la Iglesia Anglicana, permanecen en diálogo con Kirill. En comunicaciones separadas enfatizaron una necesidad acordada de paz y justicia.

«La iglesia no debe usar el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús», afirmó Francisco. «Somos pastores del mismo pueblo que cree en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios».

Mientras tanto, Kirill le dijo a Welby que el problema político se remonta a 2014, alegando esfuerzos ucranianos para reprimir a los hablantes de ruso en la región ocupada de Donbás. El problema, afirmó su oficina, es que la información en ambos lados de este conflicto es «completamente diferente».

Demasiados están cayendo en la propaganda, según los líderes del seminario evangélico ucraniano, particularmente dolidos por sus compañeros evangélicos en Rusia.

«Creen lo que se muestra en las noticias», dijo Dyatlik, «pero no creen en el testimonio de los cristianos, de los refugios, de las ruinas, de las peleas callejeras».

Sin embargo, estaba interesado en honrar a aquellos que han protestado contra la guerra.

«Conocemos a los héroes… que no se callaron», dijo, «arriesgando a sus familias y su libertad. Oramos por ellos, les estamos agradecidos».

A principios de marzo, cientos de líderes evangélicos rusos firmaron [enlace en español] una carta abierta pidiendo a su gobierno que «detuviera este derramamiento de sangre sin sentido».

Putin ha calificado a la oposición interna a la guerra como «mosquitos», «traidores» y «escoria».

Cerca de 15 000 rusos han sido arrestados [enlace en ruso] por protestas contra la guerra. Según los informes [enlace en inglés], decenas de miles han abandonado el país desde que comenzó la guerra.

Valerii Antonuk, presidente de la Unión Bautista de Ucrania, hizo un llamado a los cristianos en el extranjero. Hablando desde el corazón de la capital, dijo que el éxito en Kyiv, indirectamente, tendrá un impacto en Moscú.

«Ponte de pie con y por nosotros en esta brecha espiritual y sostén este escudo de oración sobre Ucrania», dijo. «Oramos hoy para que Dios permita que nuestro país persevere y gane, y que defienda la libertad que es tan importante para difundir el evangelio en Ucrania [y] Rusia».

Pero más allá del llamado a la oración y la defensa, los líderes del seminario evangélico sugirieron formas en que los partidarios pueden ayudar, junto con la asistencia financiera [enlace en español] más esencial.

Geychenko solicitó una consulta sobre cómo la educación teológica puede continuar en los seminarios arruinados. Habiendo perdido todos los materiales, excepto sus lectores electrónicos, sugirió que se pueden abrir bibliotecas en línea en el extranjero para uso de profesores y estudiantes graduados.

El Seminario Evangélico Teológico de Ucrania dijo que está listo para comenzar la educación en línea de inmediato. El Seminario Teológico de Odessa espera hacerlo en abril.

Siniy, sin embargo, aconsejó más allá de la teología, ya que muchos refugiados terminarán teniendo que permanecer mucho tiempo en sus países de acogida. «Piense en su educación», dijo, «no solo en comida y agua».

Los ucranianos deben organizarse en su desplazamiento, para iniciar escuelas para sus jóvenes y plantar iglesias para sus familias. El cuidado pastoral debe priorizarse rápidamente, ya que los sentimientos de culpa del sobreviviente están comenzando a desarrollarse entre los refugiados.

Pero para cerrar la reunión, Dyatlik ofreció un mensaje teológico, uno que dijo que era muy necesario en esta sociedad que se cree posterior a la verdad.

El primer desafío de Satanás fue hacer que Adán y Eva cuestionaran la realidad: ¿Conque Dios les ha dicho? Y así como esto trajo el pecado al mundo, requiriendo la iniciativa de Dios para curar, así también solo el Espíritu Santo puede convencer a los corazones de los rusos ciegos, dijo. Los argumentos y las evidencias no resolverán el problema.

Además, hay demasiado trabajo que hacer y poco tiempo para descansar.

«Hoy es el día 22 de la guerra», dijo Dyatlik. «Ahora no hay fin de semana, ni lunes, ni martes. Solo estamos contando los días».

Traducción por Sergio Salazar

Edición en español por Livia Giselle Seidel

[ This article is also available in English. See all of our Spanish (español) coverage. ]

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