Esta es una revisión del artículo publicado originalmente en noviembre de 2013.

El libro Jesús te llama no parecía estar destinado a vender millones de copias. Y luego, inesperadamente, lo hizo.

Durante los primeros tres años después de su publicación en el año 2004, Jesús te llama vendió un total de solo 59 000 copias, un modesto éxito para un devocionario de una autora hasta entonces desconocida. Sin embargo, poco después las ventas crecieron exponencialmente: 220 000 copias tan solo en 2008.

Las ventas del libro se han casi duplicado en cada año sucesivo, dice Laura Minchew, vicepresidenta de Publicaciones Especializadas en Thomas Nelson. Para el verano de 2013, Jesús te llama había vendido 9 millones de copias en 26 idiomas, y Publishers Weekly informó que estaba en la quinta posición de la lista de éxitos de ventas de la primera mitad del 2013; eso entre todos los libros, no solo los libros cristianos: superó en ventas a Cincuenta sombras de Grey.

Pero aun cuando el libro continúa en las listas de éxitos de ventas (junto con sus productos derivados, incluyendo una Biblia devocional, un libro de cuentos, así como ediciones para mujeres, adolescentes y niños), su autora, Sarah Young, sigue siendo prácticamente desconocida. La mayoría de las personas que han leído este libro parecen no saber quién es ella.

Sin embargo, no todo el mundo se siente entusiasmado de que Jesús te llama revigorice el interés en la teología detrás de los escritos de Young —y, por extensión, en ella misma—. Young basa sus obras sobre la importancia de «la oración de escucha» una práctica teológica en la que las personas buscan escuchar mensajes directos de Dios. Los lectores críticos quieren saber: ¿Realmente Young piensa que Jesucristo le está hablando directamente a ella? ¿Es cierto?

Una mujer que practica la ‘oración de escucha’

En una era en la que el tamaño de un contrato para un libro cristiano es directamente proporcional a la «plataforma» del autor, con Young sucedió todo lo contrario. A diferencia de casi todos los autores cristianos conocidos, Young se abstiene de giras de promoción, blogs y conferencias.

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Pero también, a diferencia de muchos de los escritores más vendidos de la actualidad, Young sufre de problemas serios de salud. Ella dice que sus problemas actuales, que no han sido correctamente diagnosticados, le impiden pasar tiempo frente al público.

En cierto sentido, esto es lo que ella prefiere. Lejos de la fama que un libro de súperventas podría permitirle, dice Minchew, Young pasa su tiempo haciendo lo que le gusta hacer: orar y escuchar.

Después de todos estos años, ella todavía escucha a Jesús llamando.

Sin embargo, Jesucristo es uno de los pocos que llama a Young. Ella no está disponible para entrevistas, ya sea en persona o por teléfono. Después de ofrecerle a CT una entrevista telefónica exclusiva, Young finalmente no pudo participar debido a contratiempos de salud. (Más tarde, aceptó contestar por correo electrónico y a través de Minchew, algunas de las preguntas que CT le envió para esta historia).

La única verdadera entrevista que Young ha dado desde el lanzamiento de Jesús te llama es una entrevista de preguntas y respuestas aprobada por Thomas Nelson con Minchew misma, quien conoce a Young desde el 2008. Fue entonces cuando Minchew asumió el cargo de editora en la división de libros de obsequio de Thomas Nelson, justo antes de que las ventas se dispararan. Durante ese tiempo, Minchew dice que ella y Young se han convertido en «amigas muy cercanas». Se conectan por Skype a menudo y se envían correos electrónicos casi todos los días. (Este tipo de relación con un editor es una más de las rarezas de Young).

«Ella es una mujer de oración», dice Minchew. «Una mujer que ama al Señor».

Ese amor se manifiesta en la práctica de escribir todos los días en su diario, práctica que le ha permitido coleccionar —y luego publicar— mensajes de Dios durante décadas.

Young se convirtió al cristianismo siendo adulta después de estudiar en el instituto L'Abri de Francis Schaeffer en Suiza, donde ella dice que experimentó por primera vez la presencia del «Dulce Jesús». En ese momento, ella ya había obtenido un título de Licenciatura en filosofía en Wellesley College y una Maestría en la Universidad de Tufts. Después de su conversión, obtuvo un grado más en el Covenant Theological Seminary de St. Louis, donde conoció a su esposo, Steve.

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Juntos trabajaron ocho años en Japón como misioneros de la Iglesia Presbiteriana en América (PCA, por sus siglas en inglés), durante los cuales Young dio a luz a dos hijos. En 1991, después de que Young obtuviera un grado en Consejería de la Universidad Estatal de Georgia —y poco después de comenzar a escribir su diario—, los Young se trasladaron a Australia para trabajar con los inmigrantes japoneses.

Margaret Thatcher, cuyo marido ministró con el esposo de Young en la Iglesia Presbiteriana Henderson Memorial en Perth, describe a Young como una persona amable, interesante y generosa. Las dos mujeres asistían juntas a desayunos para esposas de ministros y servicios de adoración, pero Thatcher dice que Young permanecía lejos del centro de atención.

«Cada vez que la veía, [Young] parecía estar animando a otros en lugar de centrarse en sí misma», dice ella. «Uno siempre tenía la sensación de que estaba orando por la iglesia todo el tiempo, aunque ella estuviera aislada físicamente de la iglesia debido a su enfermedad». Para cualquier persona sana, la vida de Young pudiera parecer aislada. En el 2010, Young escribió en una carta de apoyo que a veces sentía como si su piel hubiera «sido pinchada con una aguja o como si alguien le hubiera prendido fuego. El dolor es tan fuerte que me marea».

Ella luchó con dos coinfecciones de la enfermedad de Lyme (incluyendo un diagnóstico erróneo de Síndrome de fatiga crónica que se prolongó por siete años), y también de vértigo severo durante todo su ministerio en Perth. Como resultado, Young relató en un correo electrónico que pasó gran parte de su tiempo «viviendo en una sola habitación de nuestra casa en Perth durante 20 horas al día».

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No más. En la primavera de 2013, los Young se mudaron de Perth a la ciudad natal de Young, Nashville, para recibir tratamiento médico. Ahora que ha regresado de forma permanente a los Estados Unidos, Young dijo a CT en un correo electrónico personal que espera pasar más tiempo con sus dos nietos, Elie y John, que viven en Carolina del Norte.

Pero a pesar de que planea mantenerse ocupada como una abuela cariñosa y continuar su trabajo de «escritora que ora», los reveses de salud continúan. Actualmente está escribiendo otro devocional de un año en el mismo formato que Jesús te llama.

Sin embargo, Young también ha escrito que su enfermedad puede ser parte de una lucha espiritual contra el trabajo misionero de su familia y de su labor como escritora. Escribió que ella lucha para superar las «trincheras de la adversidad». Esto fue especialmente cierto mientras escribía Jesús hoy, el libro que siguió a Jesús te llama en 2012. Ella atribuye el libro a que se enfrentó a la desesperanza de una enfermedad grave.

Esa desesperanza es común a muchos estadounidenses, dice Young en la introducción de Jesús hoy. Y es una de las razones por las que muchos lectores dicen que se sienten más conectados con Jesús después de leer sus libros: ayudan a la gente a sentir a Jesús «justo donde estamos».

Minchew dice que por eso ella piensa que las palabras de su amiga provienen de Jesús: «No sé cómo tanta gente puede leer la misma página con necesidades completamente diferentes y sentir cómo [Dios] les está hablando, a menos que sean ellos abriéndose a la palabra del Señor».

¿Una promesa de hablar?

Los cristianos a lo largo de los siglos han aceptado la idea de que Dios se comunica con ellos, pero la disciplina específica de escuchar por medio de la oración (la oración de escucha) no ha sido un punto fuerte de los evangélicos. Si las ventas de libros son una indicación, entonces, Jesús te llama ha vuelto a encender la práctica de este tipo de oración, así como el debate sobre los peligros de la misma.

Los cristianos siempre han sentido que la disciplina de escuchar y de la meditación son disciplinas espirituales importantes, comenta Richard Foster, fundador de Renovaré y autor del libro Celebration of Discipline. Por lo tanto, no hay razón para suponer que Dios no responde cuando uno entra en conversación con Él: esa es la esencia de la oración.

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«Escuchar mediante la oración es la parte meditativa de esa conversación», dice Foster. «Hablamos con Dios acerca de nuestras necesidades y [después] escuchamos».

Young le dijo a CT en el correo electrónico que envió a través de Minchew que su método de escuchar implica meditación de las Escrituras y pasar tiempo en silencio orando —«escuchando y luego escribiendo lo que siento que [Jesucristo] está poniendo en mi corazón»—.

«Por supuesto, no tenemos una conversacion audible», dice ella. «Es un momento tranquilo y personal de orar, leer la Biblia y buscar la dirección del Espíritu Santo».

Pero si es tan simple, ¿por qué la perspectiva de Young de escuchar por medio de la oración en su libro Jesus te llama —sobre todo la afirmación de que el libro contiene las palabras reales de Jesús— ha alterado a los teólogos y eruditos?

Debido a que no es tan sencillo como parece.

Ben Witherington, profesor de Nuevo Testamento en el programa doctoral del Seminario Teológico de Asbury, dice que los escritos de Young no son oraciones en lo más mínimo. La Biblia define la oración como una actividad generada por los humanos y que se dirige hacia Dios, dice él. Si los humanos reciben una —genuina— nueva palabra de la revelación de Dios, eso es un don espiritual específico (y por lo general, ese don no se asocia con presbiterianos reformados y teológicamente conservadores). Pero eso no es lo mismo que la oración.

Pudiera ser que Young haya recibido este don especial, pero las palabras tranquilizadoras de Jesús te llama, no parecen tan reveladoras. Los escritos de Young no son «nada que [ella] no pudiera haber obtenido al leer el Nuevo Testamento», dice Witherington.

Michael Horton, Profesor de Teología y Apologética Sistemática en el Seminario Westminster de California, concuerda. Comenta que el énfasis de Young en la relación personal privada de cada lector con Cristo es bien intencionada, pero la práctica puede ser peligrosa, ya que Dios no ha prometido hablarle a cada cristiano de manera individual. Como resultado, dice Horton, los cristianos deben mostrar preocupación respecto al libro en dos niveles diferentes: tanto en términos del método que Young usa, como del contenido de su libro.

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Al hablar en «la voz de Dios», Young exhorta a los lectores a que «centren sus pensamientos en Mí» y que «piensen en quién YO SOY, en todo mi poder y gloria, y ponderen también la profundidad y la amplitud de mi amor por ustedes».

«Vengan a mí con un espíritu enseñable, dispuestos a cambiar. Caminar muy cerca de Mí es una vida de novedad continua», escribe Young en Jesús te llama. «Mientras enfocas tus pensamientos en Mí, sé consciente de que estoy plenamente atento a ti».

En otro pasaje, Young escribe que los cristianos que se encuentran «en el fragor de la batalla [deben] invocar mi Nombre: “Jesús, ayúdame!”. En ese instante, la batalla se convierte en mi batalla; el papel de ustedes es sencillamente confiar en Mí mientras yo lucho por ustedes».

«Eso es muy diferente de los Salmos, donde el salmista nos recuerda las grandes obras de Dios», dice Horton. «[En Jesús te llama] no hay mucha proclamación de las obras poderosas de Dios como la base para acercarnos a Él».

Por otra parte, los constantes llamados a obtener más y más confianza forza a los cristianos a centrarse en sí mismos, en lugar de centrarse en Jesús por medio de la Palabra (algo parecido al tipo de instrucciones que un terapeuta occidental moderno daría), dice David Crump, profesor de religión en Calvin College. Eso no es de sorprenderse, dado el trasfondo en consejería y asesoramiento que Young ha tenido a lo largo de su vida, dice Crump. Y no sería mucho problema si Young simplemente estuviera produciendo devocionales desde la perspectiva del pensamiento positivo y de autoayuda.

«Pero ella pone sus pensamientos en primera persona y luego presenta a esa “persona” como el Señor resucitado. Francamente, me parece que esto es indignante», comenta Crump. «Estoy seguro de que es una persona muy dedicada y una mujer piadosa, pero me siento tentado a llamar esto blasfemia».

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Tratando de escuchar solo Dios sabe qué

Blasfemia o no, Jesús te llama representa aquella piedad bien intencionada de larga data dentro del movimiento evangélico. Estos movimientos pietistas, que hacen hincapié en los aspectos emocionales y personales de la fe, minimizan los sacramentos como la cena del Señor y el bautismo. Estos últimos son los medios ordinarios de la gracia a través de la cual Jesucristo ha prometido estar presente por medio del Espíritu Santo, señala Horton.

«La gente va a descubrir la presencia de Jesús al escuchar más de su Palabra proclamada y la asistencia regular sobre los medios públicos de gracia», dice Horton. «Sin embargo, la tendencia [del protestantismo] ha sido reducir la predicación y los sacramentos a lecciones objetivas».

Esa reducción es una característica religiosa típicamente americana, dice James Danaher, profesor de filosofía en Nyack College en Nueva York. Y ha dejado a millones de cristianos protestantes diciendo: «Yo quiero más».

Young deja en claro que escuchar a Jesucristo es algo «más», empañando la distinción que hay entre Dios hablando a través de las Escrituras y los cristianos hablando con Dios por medio de la oración. La primera vez que Young comenzó a escuchar por medio de la oración, ella estaba interesada en la comunicación de dos vías.

«Yo sabía que Dios se comunicaba conmigo a través de la Biblia», escribe Young, «pero yo anhelaba más».

De acuerdo con Paul Miller, director ejecutivo de seeJesus y autor de A Praying Life: Connecting With God in a Distracting World, cuando Young usa la palabra «más», esto implica que Dios no era suficiente para ella, a pesar de que meditaba en la Escritura y confiaba en los llamados del Espíritu en medio de su lucha con la enfermedad.

«Sarah ha sufrido mucho, y cuando se sufre durante un largo período de tiempo, el velo entre el cielo y la tierra se adelgaza», dice Miller. «Percibes a Dios, lo sientes, lo experimentas, y hay esta conciencia de Dios que penetra en lo profundo del alma».

Young dice que ha llegado a depender de mensajes personales de Dios en su relación con él. «Cuanto más difícil sean las circunstancias en mi vida, más necesito estas directivas alentadoras de mi Creador», escribe en la introducción de Jesús te llama.

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Dentro de las mismas páginas, enfatiza que «continuamente [depende] de la ayuda del Espíritu Santo» para garantizar que los mensajes que escucha sean consistentes con la Biblia, «la única Palabra infalible de Dios».

Del mismo modo, en la introducción de Jesús hoy, Young escribe que ella escucha de manera selectiva y rechaza todo lo que no es bíblico. «Creo que la Biblia es la Palabra infalible de Dios, y me esfuerzo por presentarle a mis lectores solo lo que es coherente con ese estándar inmutable».

Young dijo a CT que sus libros «están diseñados para ayudar a las personas a conectarse no sólo con Jesús, la Palabra viva, sino también con la Biblia, la Palabra escrita». Eso significa que Jesús te llama está diseñado únicamente como una serie de devocionales que apuntan a los lectores hacia la Biblia.

Pero Horton ve las cosas de forma diferente. Young parece afirmar que ella necesitaba «más» que la Escritura para tener una estrecha relación con Dios, y anima a otros a hacer lo mismo». «[Es como si Young dijera:] “Yo quería algo más, así que aquí les doy una colección de ese ‘más’ que recibí de Jesús”», dijo Horton.

No obstante, Foster dice que escuchar a Dios por medio de la oración no es algo «más», es tan solo una disciplina diferente que se dejó de practicar y perdió su popularidad. Escuchar a Dios en la oración era uno de los pilares del pensamiento cristiano sobre la oración durante siglos, pero el surgimiento del racionalismo y el auge del secularismo en la sociedad eliminó la práctica, dice Foster.

Danaher de Nyack, autor de Contemplative Prayer: A Theology for the Twenty-First Century, dice que los místicos cristianos a lo largo de los siglos han experimentado la «presencia innegable e inefable de Dios». Nyack dice: «Lo nuevo dentro del mundo evangélico es el deseo de ligar esa experiencia con palabras… siempre debe haber cierto escepticismo [que se deja ver cuando uno dice]: “Estas son las palabras que uso para describir mi experiencia, pero la experiencia misma es diferente a lo que puedo poner en palabras”».

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Las formas modernas de escuchar por medio de la oración aparecieron por primera vez a principios del siglo XX en un libro titulado God Calling. En God Calling, un libro de devocionales diarios que es muy similar a Jesús te llama, dos oyentes anónimas registraron y publicaron las palabras que dicen que Dios les habló. Las llamadas «oyentes» no revelaron su identidad. El editor del libro, AJ Russell (que a menudo es confundido con el autor del mismo), escribió que estaba «seguro de que [Dios] les abrió los ojos [a las oyentes] a muchas cosas que ellas y esta generación enormemente necesitan saber».

Sin embargo, Russell aclaró su respaldo: «Yo no creo en la inspiración verbal de éste o cualquier otro libro, pero creo que estas dos mujeres han sido guiadas y que mucho de lo que está escrito muestra esa guía».

Young se inspiró para comenzar su diario de oración de escucha —escritos que eventualmente se convirtieron en parte de Jesus te llama— un año después de que leyó God Calling. «Empecé a preguntarme si yo también podría recibir mensajes durante mis momentos de comunión con Dios», escribe en Jesús te llama. «Diariamente y cada vez más, quería escuchar lo que Dios tenía que decirme personalmente ese día».

«Empecé a preguntarme si yo también podría recibir mensajes durante mis momentos de comunión con Dios,» escribe en Jesús te llama. «Diariamente y cada vez más, quería escuchar lo que Dios tenía que decirme personalmente ese día». —Sarah Young

Mary Jean Young (no relacionada con Sarah) es una anglicana del área de Chicago y profesora que ha practicado la oración de escucha durante ocho años. Ella es una lectora ávida tanto de Jesus te llama (Jesus Calling) como de God Calling. Ella comenta que los libros le resultan atractivos porque reconoce la voz que habla a través de las palabras: la voz pertenece a Jesús.

No es cuestión de que los libros sean tan similares. Si las palabras realmente provienen de Dios, su voz será la misma, aun cuando dicha voz habla desde distintas generaciones y culturas, dice Mary Jean.

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Michael Farley, director de adoración en la Iglesia Central Presbiteriana de St. Louis y profesor adjunto de Teología Práctica en el Seminario Teológico Covenant (donde estudió Young ), cree que el uso de la primera persona que emplea Young es un recurso retórico.

«Parece que lo que está haciendo es iluminar, dando el significado de las Escrituras y su aplicación a nuestra vida», dice Farley. «Ella despliega el significado de las Escrituras cuando reformula, explica y elabora el contenido ya existente de la Palabra».

Una paráfrasis es una forma perfectamente válida de interpretación de las Escrituras, dice Farley. Pero aún más importante, es que este tipo de interpretación encaja bien con la teología reformada de Young.

Del mismo modo, comenta Minchew, «la manera en que Young escucha a través de la oración no es en nada diferente a un predicador que ora sobre un pasaje de la Escritura y luego predica sobre lo que él cree que Dios está diciendo».

«Los escritos de Young se basan en lo que ha leído en las Escrituras y [obtenido en] la oración», dice Minchew. «Si usted realmente se concentra en la Escritura y deja que le hable, teniendo un espíritu dispuesto, el Espíritu le hablará al corazón».

Por lo tanto, si todos los cristianos están de acuerdo en que Dios se comunica con nosotros, el desacuerdo es simplemente en el método que Dios usa, dice Seth Barnes, fundador de Adventures and Missions, y entusiasta partidario de la oración de escucha. La Biblia promete que Dios habla a través del canon ya cerrado de la Escritura. Pero eso no limita a que Dios hable solo a través de la palabra escrita.

«Dios va a hablar como Él escoja», dice Barnes. «Al mismo tiempo, sabemos que Dios es personal y es muy claro en las Escrituras cuando dice: “Mis ovejas oyen mi voz”».

Tanto Foster como Barnes dicen que el escuchar a Dios por medio de la oración es más que escuchar en medio de un silencio tenso. Al contrario, la práctica es solo una mayor conciencia de que Dios está hablando en todo momento.

«Si realmente creemos, como lo hicieron los primeros cristianos, que Jesús es el cumplimiento de Deuteronomio 18:15 [“El Señor tu Dios levantará de entre tus hermanos un profeta como yo. A él sí lo escucharás”], la tarea es guardar silencio y escuchar al Señor», dice Foster. «No hay nada misterioso en ello».

Melissa Steffan era residente editorial cuando escribió este reportaje para Christianity Today .

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