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Misioneros estadounidenses asesinados en Puerto Príncipe

Un ataque de pandilleros en Haití deja tres muertos y una casa en llamas. Las fuerzas internacionales se retrasan de nuevo.
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Misioneros estadounidenses asesinados en Puerto Príncipe
Image: Misión en Haití
Davy (izquierda) y Natalie (centro) Lloyd trabajaban en un orfanato de Haití desde 2022.

Dos jóvenes misioneros estadounidenses fueron asesinados este jueves en Haití en medio de la actual crisis de violencia entre pandillas que asola el país.

Davy y Natalie Lloyd, acompañados por Jude Montis, un haitiano miembro del personal y líder de la iglesia, fueron emboscados por tres camiones llenos de pandilleros cuando salían de una reunión de su grupo de jóvenes en Puerto Príncipe, según la página de Facebook de Misiones en Haití. Mientras los hombres armados robaban varios vehículos y los cargaban con el botín que habían tomado de la misión, llegó otra pandilla y los dos grupos se enfrentaron violentamente.

«No estoy seguro de lo que sucedió, pero dispararon y mataron a uno, y ahora esta banda está en modo de ataque total», escribió un misionero que recibía informes en Estados Unidos. «Davy, Natalie y Jude [estaban] en mi casa al final de la propiedad usando el star link para llamarme. Así que estaban refugiándose allí. Las bandas dispararon a todas las ventanas de la casa y siguieron disparando».

Según los informes, las misiones en Haití intentaron ponerse en contacto con la policía haitiana sin éxito. Luego las líneas telefónicas se cortaron.

«POR FAVOR, OREN», pidió Misiones en Haití a sus 4500 seguidores de Facebook. «Va a ser una noche larga».

Hacia las 9 de la noche, la casa estaba en llamas. Davy y Natalie Lloyd, y Jude Montis, habían muerto.

Montis tenía 45 años. Davy tenía 23. Natalie, 21.

«Tengo el corazón roto en mil pedazos», escribió el padre de Natalie, Ben Baker, miembro de la Cámara de Representantes del Estado de Missouri. «Nunca había sentido tanto dolor».

Las bandas criminales mataron a casi 5000 personas en Haití el año pasado. Luego, en 2024, las bandas se unieron, se volvieron contra los políticos que antes habían colaborado con ellas para conseguir el poder, y lanzaron ataques coordinados contra el gobierno. Las bandas incendiaron las estaciones de policía, cerraron el principal aeropuerto y puerto marítimo, y abrieron dos prisiones, liberando a unos 4000 reclusos. Destruyeron oficinas gubernamentales, asaltaron el Palacio Nacional y tomaron el control del 80 por ciento de la capital.

«Ahora son un poder para sí mismos», dijo a Associated Press Robert Fatton, profesor de gobierno y asuntos exteriores en la Universidad de Virginia. «La autonomía de las pandillas ha alcanzado un punto crítico. Por eso ahora son capaces de imponer ciertas condiciones al propio gobierno».

El primer ministro dimitió en abril y se creó un consejo de gobierno temporal encargado de sofocar la violencia y restablecer el orden.

Una misión de las Fuerzas de Paz conformada por mil policías kenianos y aprobada por la ONU, se ha retrasado en múltiples ocasiones. Doscientos de ellos debían aterrizar el jueves, día en que el presidente keniano, William Ruto, se reunió con el presidente estadounidense, Joe Biden, en la Casa Blanca. Sin embargo, el vuelo procedente de Nairobi se canceló en el último momento.

A los policías no se les dio ninguna explicación por el retraso y se les dijo que se mantuvieran a la espera, según Reuters, porque podrían partir en cualquier momento. Funcionarios estadounidenses han afirmado que el escuadrón carece de los vehículos blindados, helicópteros, armas y equipos de comunicaciones necesarios para el despliegue.

El gobierno estadounidense ha comprometido 300 millones de dólares para la misión de las Fuerzas de Paz. Desde abril, Estados Unidos ha evacuado en helicóptero a cientos de ciudadanos estadounidenses, y muchas organizaciones sin fines de lucro han coordinado también salidas de emergencia. Sin embargo, no todos han podido salir, y algunos otros han optado por no hacerlo.

Misiones en Haití dijo a sus seguidores en marzo que su zona de Puerto Príncipe estaba tranquila y que los misioneros no estaban preocupados por su seguridad.

La organización fue fundada por los padres de Davy Lloyd, David y Alicia, en el año 2000. La misión atendía principalmente a niños, ofreciéndoles comida, educación y orientación espiritual. En 2002, unos 100 niños asistieron al programa de escuela bíblica de verano de Misiones en Haití y, para ese otoño, había diez niños en el orfanato y otros 30 matriculados en la escuela.

En 24 años, la escuela ha crecido hasta atender a más de 400 niños al año, según los informes presentados a los donantes. Y la misión también se ha expandido, abriendo una iglesia y una panadería que da empleo a los graduados.

Sin embargo, la espiral de violencia en Haití empezó a preocupar seriamente a David Lloyd en 2022.

«No hay un gobierno que funcione; la nación de Haití está en total anarquía», escribió Lloyd padre. «Estas pandillas asesinan, violan, roban y destruyen a su antojo».

Informó que Misiones en Haití estuvo a punto de ser tomada por «una de las pandillas más malvadas», pero «¡nos pusimos de rodillas y Dios intervino de manera milagrosa e hizo retroceder a esa pandilla!».

Los misioneros mantienen la esperanza y piden a sus seguidores que oren y escriban a sus representantes en Estados Unidos.

Davy y Natalie Lloyd se unieron a Misiones en Haití en 2022, tras haberse casado y graduado del Instituto Bíblico Ozark, una escuela de la denominación Holiness-Pentecostal.

Davy, que creció en esa misma misión, se dedicaba a los proyectos de mantenimiento, tales como la remodelación de los baños de los dormitorios, la reparación de vehículos y la construcción de una nueva lavandería.

Dijo a sus seguidores en redes que, al volver, pudo ver los grandes problemas que asolan Haití con más claridad que cuando era niño e iba a la escuela y a la iglesia, cuidaba de las gallinas y jugaba con sus amigos haitianos.

«Mis ojos están más abiertos», dijo el joven Lloyd en un video compartido por Misiones en Haití. «De verdad, necesitamos un milagro. Necesitamos que Dios se mueva».

Natalie trabajaba en el orfanato y cuidaba de los niños. Ella compartió imágenes del ministerio en la cuenta de Instagram de la pareja: mientras pintaban el equipo del patio de recreo, le daban a los niños mangos y cocos, y les enseñaban sobre toda la armadura de Dios.

La joven misionera expresó cierta preocupación por la situación política en Haití, pero se centró más en su deleite por servir a los niños y su confianza en Dios.

«Dios siempre es fiel a sus promesas. Él es inmutable y nunca vacila», escribió. «Quiero poner mi esperanza en Aquel que nunca falla, Aquel cuyas misericordias son nuevas cada mañana, Aquel que, cuando las estaciones cambian, Él sigue siendo el mismo».

Pocos días antes del ataque de los dos grupos criminales, los misioneros expresaron su esperanza de que pronto llegara ayuda y se restableciera el orden. Vieron aviones militares estadounidenses sobrevolando varias veces al día, y creyeron que llevaban equipo para las fuerzas kenianas. El aeropuerto volvió a abrir y la actividad de las pandillas parecía estar disminuyendo, según la página de Facebook de Misiones en Haití.

«El dominio de las bandas podría acabar pronto», escribió David Lloyd. «Estamos orando para que esto ocurra y cuanto antes mejor. Gracias por sus oraciones continuas».

El viernes por la tarde, los familiares informaron de que los cuerpos de Davy y Natalie Lloyd habían sido trasladados a la embajada estadounidense.

[ This article is also available in English Português Français, and 한국어. See all of our Spanish (español) coverage. ]

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