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Cambio para recibir residencia en Estados Unidos deja en el limbo a miles de pastores nacidos en el extranjero

Los que tienen visa de trabajo religioso ahora esperarán años para conseguir una residencia en EE. UU. Abogados temen que incluso puedan perder su lugar en el país.
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Cambio para recibir residencia en Estados Unidos deja en el limbo a miles de pastores nacidos en el extranjero
Image: Primera Iglesia Bautista de Gordon, Texas / Baptist Press
Albert Oliveira

Albert Oliveira estaba entusiasmado. Había llegado a los EE. UU. desde Brasil en 2010 con una visa de estudiante, se graduó del Southwestern Baptist Theological Seminary, comenzó a pastorear una iglesia en crecimiento, se casó y formó una familia.

Pero él y su esposa, ciudadana alemana, necesitan una residencia permanente [green card] para permanecer en Estados Unidos a fin de que Oliveira pueda continuar su pastorado en la Primera Iglesia Bautista de Gordon, Texas.

En abril, justo en medio de su proceso, el gobierno estadounidense cambió inesperadamente las normas y añadió años a su espera. Las visas R1 para trabajadores religiosos no inmigrantes como la que él y su esposa tienen caducarán antes de que puedan solicitar la residencia bajo el nuevo procedimiento.

«Ahora estamos atrapados en un limbo», dijo Oliveira a Baptist Press.

Los Oliveira y su hijo nacido en EE. UU. tienen pocas posibilidades de permanecer legalmente en EE. UU. más allá de febrero de 2024, habiendo agotado ya más de tres de los cinco años de vigencia de su visa R1.

«Es simplemente una espera más larga que excede lo que se nos permite permanecer aquí legalmente. Los mismos abogados nos dicen que tendríamos que abandonar el país al final de los cinco años», dijo Oliveira. «Básicamente, toda la categoría de trabajador religioso es inútil. Tendrías que pasar a otra categoría para tener siquiera una oportunidad de quedarte en Estados Unidos».

Oliveira y su familia se cuentan entre miles en la misma situación. Iglesias, ministerios y abogados piden un cambio.

El gobierno estadounidense emitió 6300 visas R1 para trabajadores religiosos no inmigrantes en 2018, poco antes de la pandemia de COVID-19, cuando el número de solicitudes disminuyó. Según la American Immigration Lawyers Association (AILA), una de las organizaciones que buscan un cambio en las regulaciones, en 2022 fueron emitidas 5900 visas de este tipo.

«Lo que es realmente decepcionante para nosotros es la naturaleza atroz de la misma, que no proporcionaron ningún aviso previo a las personas», dijo a Baptist Press Sharvari Dalal-Dheini, director de relaciones gubernamentales de AILA. «Las cosas cambiaron significativamente de la noche a la mañana».

Durante años, se ha ofrecido un número limitado de visas de inmigrante al año, con un límite por país del 7 % de la asignación total. Solo una parte del total de visados se reserva a trabajadores religiosos, descritas como EB-4 (categoría 4 basada en el tipo de empleo).

En marzo de 2023, el gobierno estadounidense consideró que había estado asignando visados de inmigrante de forma incorrecta durante siete años a residentes de El Salvador, Honduras y Guatemala, de manera que se crearon largos retrasos para los solicitantes de los tres países conocidos como el Triángulo Norte. El cambio se corregirá el próximo mes, dijo el gobierno, lo que provocará graves retrasos para los trabajadores religiosos y otros en la categoría EB-4 de todos los demás países.

Dalal-Dheini anticipa que el cambio cree un retraso de 11 años para los solicitantes tipo EB-4 más recientes, en una línea de espera que ella describió en julio como de 105 267 solicitantes y en aumento. Hasta hace poco, la categoría EB-4 para todos los países con excepción de México y el Triángulo Norte había estado vigente, dijo.

El cambio repentino «sin suficiente aviso es ilegal y debe ser rectificado inmediatamente», declaró Dalal-Dheini en una carta que envió el 31 de julio al Secretario de Estado Anthony Blinken y al Secretario de Seguridad Nacional Alejandro Mayorkas.

En la carta, la AILA abogaba por una serie de soluciones administrativas al problema, incluida la concesión de la acción diferida para algunas solicitudes, la eliminación de determinados periodos de espera, la ampliación de las autorizaciones de empleo para determinados solicitante, así como la codificación de protecciones para menores inmigrantes especiales que también están incluidos en la categoría EB-4.

«Crea mucho estrés y ansiedad a las personas que están aquí y pensaban que tenían un plan», dijo Dalal-Dheini, «no solo para los propios trabajadores religiosos, sino para las personas a las que sirven... Hay muchas personas afectadas, y sé que los grupos religiosos de la comunidad se han movilizado».

En abril, la Sociedad del Verbo Divino [Society of the Divine Word] se unió a un grupo multidenominacional conformado por unas 20 iglesias, misiones y confesiones religiosas para impugnar el cambio. Demandaron a los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE. UU. (USCIS, por sus siglas en inglés), y alegaron violaciones contra la Cláusula de Establecimiento y de la Cláusula de Libre Ejercicio de la Primera Enmienda, la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa, la Ley de Inmigración y Naturalización, y otros errores.

Los demandantes afirmaron que ejercen y promueven sus creencias religiosas al emplear a ministros nacidos en el extranjero y a trabajadores religiosos internacionales, y solicitaron un juicio sumario, pero el tribunal de distrito del norte de Illinois desestimó el caso el 23 de julio.

A menos que abandone el país, Oliveira solo ve una opción: solicitar una visa de otra categoría como la EB-2. Entre los requisitos de la categoría EB-2 está la estipulación de que los empleadores paguen un determinado salario mínimo, un requisito que, según Oliveira, podría ser una carga para algunas iglesias.

«Creo que esto afecta la libertad religiosa, porque la iglesia es independiente y no deberíamos estar a merced del gobierno para que nos diga cuánto tiempo debe permanecer su pastor, quién debe ser su pastor o cuánto debe ganar», dijo Oliveira.

«La iglesia está creciendo. Es saludable, y el Evangelio se comparte. Y la iglesia realmente está sintiendo la carga de que (podrían perder) al pastor que ha sido parte de tal viaje con ellos».

Desde que Oliveira comenzó a pastorear First Baptist Gordon en 2022, la asistencia al culto dominical ha crecido de aproximadamente 20 personas a más de 150, dijo. La iglesia ha contratado a un abogado para ayudar a Oliveira a través de su proceso de solicitud de visa.

«Esto ha supuesto una gran carga financiera para nuestra iglesia. A mí me ha supuesto una gran carga emocional porque estoy aquí, sin saber adónde iré [en el] próximo año y medio», dijo. «Mi esposa es de un país, yo soy de otro, y mi hijo es de este país. Así que, vayamos donde vayamos, tendremos que resolver el proceso de inmigración en ese país».

Los Oliveira preferirían quedarse aquí.

«Me encanta este país», dice. «Este es un segundo hogar para mí y para mi esposa, y es el primer hogar para nuestro hijo. Pero mi percepción es que la gente guarda silencio sobre los que intentan venir a EE. UU. legalmente».

Traducción y edición en español por Livia Giselle Seidel.

[ This article is also available in English. See all of our Spanish (español) coverage. ]

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